Familia de Acero: en medio del dolor, donó órganos de niño y se salvaron cuatro vidas
Hoy, la familia de Nicolás encuentra consuelo en saber que, a través de su decisión, su hijo dejó un legado de vida.
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En medio del dolor más profundo, la familia Acero Blanco tomó una decisión que hoy representa esperanza para varios pacientes del país: donar los órganos de su hijo, Nicolás Andrés, un adolescente de 14 años que falleció tras ser diagnosticado con muerte cerebral en el Hospital Internacional de Colombia (HIC).
Nicolás, descrito por sus seres queridos como un joven alegre, risueño y apasionado por el fútbol, sufrió un accidente que lo llevó a cuidados intensivos. Durante varios días, los médicos lucharon por mantenerlo con vida, pero finalmente el diagnóstico fue irreversible.
“Yo no lo podía creer. Le hablaba y le pedía a Dios que me lo devolviera, hasta que los médicos me explicaron que su cerebro ya no funcionaba”, relató su mamá, Andreina Blanco.
La muerte cerebral, explicó la doctora Olga Calderón, coordinadora de Trasplantes del HIC.
“Implica el cese total e irreversible de la función del cerebro. Aunque el corazón pueda seguir latiendo con apoyo tecnológico, la persona ha fallecido”.
Una vez confirmado el diagnóstico bajo los protocolos clínicos establecidos, el equipo de Donación y Trasplantes del HIC presentó a la familia la opción de convertir su tragedia en un acto de vida.
Aunque al inicio hubo dudas, Andreina decidió donar los órganos recordando la esencia solidaria de su hijo. Su madre, Luz Marina Bautista, reforzó ese impulso:
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“Le dije a mi hija: no dejemos que su partida sea en vano. Démosle la oportunidad a otros de vivir”. Gracias a esa determinación, varios pacientes recibieron los órganos de Nicolás y hoy tienen una nueva oportunidad.
El caso de Nicolás resalta la importancia de la donación en Colombia, donde la tasa apenas alcanza 7,4 donantes por millón de habitantes, una cifra muy baja frente a las más de 3.900 personas que esperan un trasplante, según el Instituto Nacional de Salud (INS). Un solo donante puede beneficiar hasta 55 pacientes, lo que convierte este acto en una herramienta vital para salvar vidas.
“El caso de Nicolás es profundamente inspirador. En medio del dolor, su familia decidió donar sus órganos y compartir su historia para motivar a otros”, señaló la doctora Calderón.
Agregó que tanto el HIC como el Instituto Cardiovascular trabajan permanentemente para garantizar que cada órgano llegue a quien más lo necesita, siguiendo criterios estrictos, éticos y transparentes.
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Desde 2005 y hasta octubre de este año, esta institución ha realizado más de 850 trasplantes de órganos sólidos, consolidándose como un centro de referencia nacional.
En Colombia, cualquier persona con enfermedades graves -como insuficiencia renal, cardíaca, hepática o pulmonar- puede ser evaluada por equipos especializados. Si cumple los criterios clínicos, ingresa a la Lista Nacional de Espera administrada por el INS. La asignación de órganos es gratuita y se rige por protocolos basados en compatibilidad, urgencia médica y tiempo de espera, garantizando transparencia y equidad.
Hoy, la familia de Nicolás encuentra consuelo en saber que, a través de su decisión, su hijo dejó un legado de vida. Su historia busca inspirar a más colombianos a expresar a sus familias la voluntad de donar y así ofrecer nuevas oportunidades a quienes esperan una segunda oportunidad.