En Medellín se hizo el primer evento de solidaridad y apoyo para salvar a Batuta, la reconocida fundación de educación musical que corre peligro de subsistir por recortes presupuestales por parte del Ministerio de Cultura, a pesar que ha insistido que en los tres años el actual Gobierno ha destinado más de $56.000 millones.
La solidaridad de los colombianos, y en especial de los antioqueños, se ha hecho evidente, cuando se quiere, en esta ocasión para que no se callen los violines, flautas y tambores de unos 25.000 niños, que han quedado en medio de un recorte presupuestal para la fundación Batuta.
La Fundación Batuta, que celebra 34 años de labor cultural en Colombia y ha sido una fuerza vital en la formación artística de miles de niños y niñas en el país.
El evento, organizado por el gestor cultural Sergio Restrepo, reunió a artistas de diversas disciplinas que ofrecieron su talento en un abrazo solidario con la fundación.
Según Restrepo, "se sintió un abrazo solidario, generoso y amoroso". Este evento llevó a la comunidad a unirse en torno a la cultura, la danza y la música, celebrando la diversidad de expresiones artísticas que Batuta ha promovido.
Durante la conversación, Restrepo destacó la importancia de la colaboración entre el sector público y privado en el apoyo a instituciones culturales.
A pesar de la desalentadora situación, Restrepo reconoció los esfuerzos del gobierno actual por aumentar el presupuesto destinado a la cultura, pero enfatizó que esto no debería afectar la financiación de Batuta, explicó, instando a la necesidad de mantener recursos para ambos programas.
El diagnóstico sobre la financiación y los recortes ha generado preocupación en el sector cultural. Restrepo también se refirió a un artículo en un medio español que resalta cómo los niños en Colombia se ven en medio de una cruzada del gobierno contra los abusos del sector privado.
Este enfoque, aunque loable, plantea desafíos para iniciativas consolidadas como Batuta.
Según Restrepo, "los derechos fundamentales deben garantizarse y no ser objeto de mercado". Es fundamental que el acceso a la cultura y la educación sea una prioridad social, especialmente para aquellos en lugares apartados del país.
Los niños de Pasto, Quibdó y otras regiones han disfrutado de los beneficios de la formación musical y del acompañamiento psicosocial que ofrece Batuta, ejemplificando cómo la cultura puede transformar vidas. "Batuta lleva 34 años demostrando resultados innegables", concluyó Restrepo.
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