La cárcel más temida de Colombia por sus castigos: ‘el solitario’ y ‘la gota fría’ lideran la lista
En Colombia se encuentra la que fue la cárcel más temida del país, no solo por ser un sitio frío y de ambiente tenso, sino por su particularidad en los castigos y penitencias que impartía a los presos.
Las cárceles están diseñadas para retener a las personas que han cometido delitos, ya sea de manera preventiva, para quienes esperan juicios y como castigo para aquellos que recibieron una sentencia.
No obstante, las funciones de estos establecimientos también implican fines de rehabilitación.
En Colombia se encuentra la que fue la cárcel más temida del país, no solo por ser un sitio frío y de ambiente tenso, sino por su particularidad en los castigos y penitencias que impartía a sus presos.
La cárcel más temida de Colombia por sus castigos
En 1586 comenzó a construirse un templo con características de “bóveda carpanel, espadaña barroca y una escalera monumental que se inspiró, al parecer, en modelos sevillanos”. El conjunto arquitectónico y conventual fue terminado en 1659 y fue conocido como un claustro religioso en el que también funcionaba un colegio.
Posteriormente, las instalaciones sirvieron como universidad, hospital y hasta cuartel del ejército. Durante casi un siglo, entre 1867 y 1966, el claustro San Agustín en Tunja dejó atrás la educación y lo religioso para convertirse en una de las penitenciarías más temidas.
Pasillo del claustro san Agustín en Tunja cuando funcionaba como prisión.
Foto: captura de video en YouTube.
En ese tiempo, el lugar funcionaba con un presupuesto de anual de $100.000, pero en proyectos estaba la idea de convertirlo en el mayor panóptico del país; sin embargo, dicha idea no se materializó y siguió su curso como una prisión.
Se transformó en una cárcel de máxima seguridad con espacios de observación en el costado sur del segundo piso. Además, fue reforzada con muros de adobe para la construcción de 73 celdas en su interior.
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De acuerdo con el Banco de la República, “el claustro fue reconocido y temido en toda Colombia por sus castigos y penitencias”, entre los más conocidos estaban ‘el solitario’, que consistía en un “encierro hasta por tres meses, privación de cama, de descanso y de recreo, disminución de alimentos y aislamiento”, según los libros de historia.
Antiguas celdas del claustro San Agustín en Tunja.
Foto: Banco de la República.
Otra de las penitencias era ‘la gota fría’ que implicaba una celda de castigo, húmeda, estrecha y solitaria, donde se sometía al recluso a la constante caída de una gota de agua en su cabeza por un largo tiempo.
Se estima que por 'El panóptico', como también era conocida la prisión, pasaron alrededor de 200 internos, entre ellos el famoso 'Doctor Mata'.
La transfomación del claustro San Agustín
En 1966 todos los prisioneros fueron trasladados a la cárcel de Cómbita en Boyacá. Al año siguiente, un sismo destruyó el 60% de la estructura, el lugar permaneció abandonado hasta 1979, fue ahí cuando el Banco de la República decidió asumir su restauración.
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Tras su devastación y dada su importancia patrimonial, el banco implementó la primera intervención, la cual se extendió por cinco años e incluyó “la reconstrucción de las áreas faltantes y la restauración de la pintura mural y la decoración barroca que adorna la nave del templo, las celdas y la escalera”.
Una segunda intervención se llevó a cabo en 2018 para mantener, proteger y salvaguardar el inmueble y adecuarlo como centro cultural.
En la actualidad el claustro San Agustín está declarando por el Ministerio de Cultura como un Bien de Interés Cultural del ámbito Nacional.