
Dos de las playas mejor conservadas y limpias de Latinoamérica están en Santa Marta
En esas playas ondea una bandera azul que pocos destinos en Latinoamérica pueden mostrar. Conozca los detalles de este paradisíaco lugar ubicado en Santa Marta.

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No todas las playas son iguales. Algunas ofrecen paisaje, otras brindan tranquilidad, y hay unas pocas, muy pocas, que logran destacarse en el mapa internacional por su excelente conservación, calidad del agua, seguridad y sostenibilidad ambiental. En Santa Marta, dos joyas costeras cumplen con ese honor y lucen con orgullo un estandarte que certifica su esfuerzo: la bandera azul (blue flag).
Se trata de Playa Blanca y el tramo de playa del sector Bello Horizonte (en el sector del Hotel Zuana Beach Resort), ambas reconocidas internacionalmente con el prestigioso sello Blue Flag, una certificación ambiental otorgada por la Fundación para la Educación Ambiental (FEE) que solo obtienen aquellas playas que cumplen más de 30 criterios rigurosos en limpieza, accesibilidad, servicios, gestión y educación ambiental.
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La experiencia de visitar estas playas es notable desde el primer paso sobre la arena. En Bello Horizonte, la brisa sopla suave y constante, las aguas son tranquilas y la playa es cuidada como si fuera un jardín. El visitante no encontrará residuos ni construcciones desordenadas; en su lugar, encontrará senderos limpios, zonas señalizadas, puntos de reciclaje y vigilancia permanente.
“Lo primero que noté fue el orden, la calma y lo bien cuidada que está la playa. No es común encontrar lugares así en el Caribe. Aquí se siente respeto por la naturaleza”, cuenta Sebastián Gutiérrez, un turista bogotano que visitó Santa Marta por primera vez con su familia.
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"Nos sentimos seguros, el mar es tranquilo para los niños y todo está muy bien organizado. Este tipo de playa le devuelve a uno la confianza en que sí se pueden hacer bien las cosas”, indicó Gutiérrez.
El esfuerzo detrás de esta distinción no es casual. Se ha liderado durante años un compromiso sostenido por la calidad ambiental y turística del entorno, desde procesos de educación a sus visitantes y trabajadores, hasta la instalación de infraestructura adecuada para la gestión de residuos, pasando por el monitoreo constante de la calidad del agua y la protección del ecosistema costero.
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“Nuestro compromiso como va más allá de brindar servicios de lujo. Para nosotros, conservar la playa y ofrecer un entorno saludable y seguro es parte de nuestra responsabilidad con Santa Marta y con el planeta”, afirmó Daniel Cabrales, gerente del Hotel Zuana Beach Resort.
“Tener una playa con bandera azul no es una meta alcanzada, es una tarea diaria que asumimos con orgullo junto a toda la comunidad”, enfatizó.
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La otra playa certificada en Santa Marta es la popular Playa Blanca, conocida por su acceso en lancha y sus aguas cristalinas. Aunque es más visitada por turistas que buscan un día de descanso o snorkel, su mantenimiento y condiciones ambientales la han hecho merecedora también del reconocimiento blue flag.
Allí, operadores turísticos y comunidades han trabajado en conjunto para establecer controles de carga turística, zonas seguras para el baño, baños ecológicos y campañas permanentes de educación ambiental. Ver flamear la bandera azul en un sitio de acceso tan masivo como Playa Blanca es prueba de que el turismo responsable es posible si se gestiona con compromiso.
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Santa Marta no solo tiene playas hermosas: tiene playas conscientes. Bello Horizonte y Playa Blanca son el reflejo de una ciudad que en sus 500 años, empieza a entender que el turismo del futuro no es el que más vende, sino el que mejor cuida y cuando se pisa esa arena limpia, se ve ondear esa bandera azul y se escucha el mar en calma, uno entiende que está en un lugar donde el Caribe y la responsabilidad se dan la mano.