Luego de que nativos y comerciantes de Playa Blanca, en la isla de Barú, decidieran abrir el balneario por cuenta propia; el secretario del Interior de Cartagena, David Múnera, reiteró que la apertura de esta playa no ha sido autorizada y que se hizo desconociendo el trabajo que se viene adelantando entre autoridad y comunidades.
“Playa Blanca es una playa que aún no tiene autorización para reapertura, no tiene los estudios técnicos que nos garanticen la bioseguridad, la salud y la vida de todos los cartageneros y visitantes”, dijo el funcionario.
El secretario del interior precisó, que ante esta decisión de la comunidad, el distrito suspendió la mesa de trabajo programada con el consejo comunitario de Playa Blanca para avanzar en una eventual autorización para la reapertura del balneario.
La decisión, por vía de hecho, tomada por los nativos de Playa Blanca nos llevó a suspender la reunión prevista para el viernes al considerar que este Gobierno ha tenido la característica de lograr, a través del diálogo, las distintas soluciones a las problemáticas que aquejan a las comunidades. Este era el propósito de la reunión, buscar soluciones al posible inicio de la apertura de Playa Blanca.
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El funcionario advirtió, además, que tanto visitantes como operadores turísticos que arriben a Playa Blanca en este momento serán sancionados.
Le estamos solicitando a los cartageneros y a los visitantes de Playa Blanca porque no tiene los protocolos de bioseguridad, y le estamos informado a todos los operadores turísticos que se deben abstener porque están expuestos a todas las sanciones.
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Según el secretario del Interior de Cartagena, ya se solicitó apoyo de la Policía para aumentar los controles en las en vías de acceso del balneario.
”Nos vimos obligados a abrir”
En diálogo con BLU Radio, José David Miranda, representante del consejo comunitario de Playa Blanca, aseguró que ante la “falta de voluntad” de la alcaldía para implementar un plan de piloto de reapertura y la difícil situación económica que vive esta comunidad que deriva su sustento del turismo, decidieron abrir las puertas del balneario al público.
Nosotros les presentamos los protocolos a la administración, y ellos hicieron caso omiso a todo lo que le hemos presentado, y al ver la desigualdad y que se implementaron planes piloto en cadena de hoteles, clubes privados en las islas, y las playas de los nativos sin respuesta, entonces nosotros mismos hicimos nuestra reapertura.
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Miranda explicó que toda la comunidad trabajó para diseñar un protocolo de bioseguridad que garantice la seguridad de visitantes y nativos.
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