Steven Dudley, codirector y cofundador de InSight Crime, analizó la reciente reconfiguración de la lucha contra el narcotráfico por parte de la administración Trump, señalando que las acciones que incluyen el despliegue de fuerzas navales y terrestres en el Caribe tienen un doble objetivo.
Por un lado, buscan presionar o hacer pensar en una posible incursión contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Por otro lado, estas medidas representan una expansión fundamental de la guerra contra las drogas, al redefinir el conflicto bajo el paraguas del "contraterrorismo".
Según Dudley, el gobierno estadounidense ha justificado sus ataques al expandir la definición de quiénes son considerados terroristas, lo que legalmente permite justificar a quiénes y cómo atacar. Este mecanismo legal expande el número de posibles objetivos militares por lo menos por diez, e incrementa el "teatro de conflicto" geográfico, enviando un mensaje a otros gobiernos que podrían querer aplicar justificaciones similares para atacar a supuestos traficantes.
De narcotráfico a contraterrorismo
La nueva justificación expande la jurisdicción de Estados Unidos para tomar acciones militares y aumenta el número de posibles objetivos, que incluye buques, semisumergibles y las personas a bordo. Este cambio es considerado inédito y fundamental en todos los sentidos.
Dentro de este nuevo y amplio teatro de guerra se encuentran países como Colombia, Venezuela y naciones centroamericanas. El experto incluso ha notado que se ha mencionado la posibilidad de expandir estas acciones "a la Tierra," partiendo de la premisa de que ya controlan el mar. Sin embargo, Dudley expresó escepticismo sobre la efectividad a largo plazo de esta estrategia agresiva.
Dudley desmintió la existencia del Cártel de los Soles como un grupo consolidado, verticalmente integrado y controlado desde un solo punto. En realidad, lo que existe es una "federación de intereses" compuesta por varios bloques que controlan espacios dentro del gobierno venezolano.
Un punto crucial que a menudo se olvida en la discusión es el destino de las drogas. La mayor parte de la droga que presuntamente se está interceptando en el Caribe iba camino a Europa, no a los Estados Unidos. El tráfico venezolano utiliza islas como República Dominicana como punto clave de salto, desde donde la droga se trafica hacia Europa y África Occidental.
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