Casa de Nariño evalúa dos posibilidades para traer a Verónica Alcocer a Colombia
La Casa de Nariño estudia dos complejas rutas para lograr el regreso de Verónica Alcocer, en medio de las sanciones de EE. UU. que han bloqueado sus vuelos y afectado la movilidad del presidente Petro y su familia.
La Casa de Nariño analiza dos alternativas para lograr el regreso a Colombia de la primera dama, Verónica Alcocer, cuya movilidad internacional se ha visto afectada tras las sanciones financieras impuestas por el gobierno de Estados Unidos al presidente Gustavo Petro, a su familia y a algunos altos funcionarios. Los detalles fueron revelados por Néstor Morales en Mañanas Blu, donde explicó que el principal obstáculo es que las aerolíneas están cancelando cualquier tiquete asociado al nombre de Alcocer.
La primera opción que estudia el Gobierno consiste en un eventual viaje del presidente Petro a Suecia. Según revelaron los periodistas, el mandatario está nominado al premio Right Livelihood, conocido como el “Nobel Alternativo”, otorgado por organizaciones civiles. Si el presidente viajara a Estocolmo para una agenda oficial, podría aprovechar el desplazamiento para traer de regreso a la primera dama en el avión presidencial.
Sin embargo, esta opción enfrenta un problema: el reglamento del premio establece que, si un nominado divulga públicamente su postulación, pierde automáticamente el reconocimiento. Aunque Petro está nominado, aún no ha sido declarado ganador, por lo que anunciar un viaje exclusivamente para asistir a la ceremonia podría interpretarse como una confirmación anticipada del galardón. Ante esto, en Mañanas Blu indicaron que el Gobierno evalúa construir una agenda más amplia que incluya reuniones y otros actos diplomáticos, lo que daría sustento al viaje sin comprometer la nominación.
Gustavo Petro y Verónica Alcocer
Foto: Presidencia de la República
La segunda posibilidad, calificada como más compleja, implica la participación de la aerolínea estatal rusa Aeroflot. Debido a que las aerolíneas comerciales han cancelado repetidamente cualquier reserva a nombre de Verónica Alcocer —incluso cuando terceros intentan pagar los tiquetes— el Gobierno colombiano considera la opción de que la primera dama viaje desde Moscú hacia América Latina en un vuelo de Aeroflot, una compañía ya sancionada por Estados Unidos y, por tanto, ajena a las restricciones de la llamada “lista Clinton”.
Según la información revelada, Alcocer se encuentra actualmente en Estocolmo. Sin embargo, tampoco ha logrado obtener un vuelo entre la capital sueca y Moscú, por lo que se planteó incluso un desplazamiento terrestre entre ambas ciudades. El trayecto, de aproximadamente 1.443 kilómetros, puede tardar más de 25 horas por carretera en pleno invierno europeo. Una vez en Moscú, podría abordar un vuelo de Aeroflot rumbo a La Habana, ruta que existe desde la época de la Guerra Fría y que continúa operando. En Cuba, la primera dama podría ser recogida por un avión de la Fuerza Aérea Colombiana para completar su regreso a Bogotá.
Estos análisis se producen en medio de un ambiente político tenso entre Bogotá y Washington. Estados Unidos incluyó al presidente Petro, a su esposa, a su hijo mayor y al ministro del Interior en la lista OFAC (Clinton), usualmente aplicada a narcotraficantes, terroristas y dictadores. Las sanciones dificultan la apertura y uso de cuentas bancarias, la posesión de tarjetas de crédito e, incluso, la recepción de salarios en entidades que usen infraestructura financiera estadounidense.
“El mantenimiento del helicóptero presidencial fue suspendido” por estas sanciones, denunció Petro, quien aseguró que la situación ha llegado al punto de impedir que la madre de su hija menor, Antonella, pueda regresar al país. Aunque el presidente ha dicho públicamente que se encuentra separado de Alcocer, no existe un divorcio legal.
El mandatario también anunció una demanda contra la empresa Leonardo Helicopters por la suspensión del mantenimiento de la aeronave presidencial. Mientras tanto, la Casa de Nariño estudia cómo sortear las sanciones y garantizar el retorno de la primera dama, en un proceso que combina logística aérea, restricciones financieras y tensiones diplomáticas.