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Una nueva alerta por desnutrición infantil en Barrancabermeja ha sido emitida por el Hospital Regional del Magdalena Medio, tras el ingreso por urgencias de dos menores de 5 años con síntomas respiratorios y un estado nutricional severamente deteriorado. El hecho pone en evidencia una crisis silenciosa que sigue cobrando vidas vulnerables y que, según el mismo centro asistencial, requiere una respuesta institucional urgente y coordinada.
Ambos menores, originarios del distrito de Barrancabermeja, permanecen hospitalizados en el área de pediatría donde reciben tratamiento médico y nutricional. Aunque su evolución es estable, los médicos advierten que llegaron en condiciones críticas, reflejo de una falla estructural en los mecanismos de protección y atención primaria.
“La desnutrición no puede seguir siendo una cifra; detrás de cada caso hay una vida en riesgo”, advirtió Luis Torres Castro, agente especial interventor del hospital, quien hizo un llamado directo a los actores del sistema de salud, protección social y entes gubernamentales a no permanecer indiferentes.
El mismo boletín del centro asistencial cita cifras del Instituto Nacional de Salud, que evidencian un incremento alarmante en los casos de desnutrición infantil en Santander, siendo Barrancabermeja el municipio con mayores índices en el último año. Esta situación ha encendido las alarmas no solo en el personal médico, sino también en sectores sociales que exigen una política pública clara para enfrentar el problema.
Pese a la gravedad de los hechos, el secretario de Salud de Barrancabermeja, Andrés Manosalva, no se ha pronunciado públicamente sobre el tema, calificado de alto impacto social.
Desde el Hospital Regional del Magdalena medio se ha reiterado el compromiso de seguir brindando atención integral a los menores afectados, pero también se ha insistido en que los centros hospitalarios no pueden seguir siendo el último eslabón de una cadena de atención fallida. Se requiere, advierten, un trabajo conjunto entre el sector salud, el bienestar familiar, las alcaldías locales y las organizaciones comunitarias para garantizar el derecho a la salud y la alimentación adecuada de los niños y niñas del Magdalena Medio.
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Mientras tanto, el boletín del hospital cierra con una frase que refleja tanto esperanza como frustración: “Seguimos creciendo y seguimos mejorando”, pero lo hace contrastando con el silencio institucional de las autoridades locales, cuya ausencia deja un vacío profundo en la atención de una de las crisis humanitarias más sensibles y dolorosas del territorio".
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