Colombia cierra el año 2025 en medio de una de las arremetidas violentas más graves de los últimos tiempos. El paro armado de 72 horas decretado por el ELN dejó cerca de 100 acciones armadas en al menos nueve departamentos, con un saldo de por lo menos 12 personas asesinadas, decenas de heridos, vías bloqueadas, vehículos incinerados y ataques con explosivos contra la fuerza pública. El hecho más grave ocurrió en zona rural de Aguachica, Cesar, donde un ataque con drones cargados de explosivos contra un batallón militar dejó siete soldados muertos y 28 heridos.En este contexto, María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), analizó en entrevista en El Radar con Ricardo Ospina el significado político y estratégico de esta ofensiva armada, no solo del ELN, sino también de las disidencias lideradas por alias Iván Mordisco. Para la experta, la violencia no es un fenómeno aislado ni coyuntural, sino que está directamente relacionada con el calendario electoral que se avecina.“Tengo la lectura de que sí están preparándose para lo que viene en el proceso electoral, para tener un espacio en el debate público, hacerse notar”, afirmó Llorente, al señalar que estos grupos buscan incidir en la agenda política y forzar definiciones sobre su tratamiento en el próximo gobierno. Según explicó, se trata de una dinámica repetida en Colombia cada cuatro años, pero que hoy se agrava por la expansión territorial y el fortalecimiento económico de las organizaciones armadas ilegales.La directora de la FIP también se refirió a la política de “paz total” del Gobierno del presidente Gustavo Petro, cuya apuesta central ha sido mantener abiertas múltiples mesas de negociación, incluso aquellas que no han mostrado resultados concretos. “Teníamos nueve mesas de negociación, ninguna se ha desmontado, en ninguna hemos tenido ningún resultado, pero ninguna se ha desmontado”, advirtió, al tiempo que cuestionó la ausencia de una estrategia clara de seguridad que acompañe estos diálogos.Para Llorente, el Ejecutivo busca dejar “hechos irreversibles” que condicionen al próximo Gobierno. “Aquí seguimos con esta política… y vamos a seguir insistiendo en ello y generando hechos que le hagan muy difícil al siguiente Gobierno desmontar” los procesos en curso, explicó, refiriéndose a iniciativas como las zonas de ubicación territorial con distintos grupos armados.Sin embargo, el balance en seguridad es preocupante. La analista recordó que la falta de una estrategia integral ha derivado en la fragmentación y multiplicación de estructuras criminales. Como ejemplo, citó el crecimiento del Clan del Golfo: “Se han incrementado en un 85 % con respecto a lo que había cuando se desmovilizaron las Farc”.De cara al próximo Gobierno, Llorente fue enfática en la necesidad de un cambio de enfoque. “Es absolutamente indispensable establecer una hoja de ruta de seguridad en los territorios”, señaló, insistiendo en recuperar la iniciativa del Estado, proteger a la población civil y contener el avance de los grupos armados. Aunque defendió la negociación como herramienta, advirtió que sin seguridad territorial y sin incentivos claros, cualquier proceso está condenado al fracaso.El cierre de año deja así un panorama complejo: más violencia, negociaciones fragmentadas y una campaña electoral que ya empieza a sentirse en los fusiles. Para expertos como Llorente, el reto del 2026 será enorme: construir una política de seguridad y paz que no repita los errores del presente y devuelva la tranquilidad a los territorios más golpeados del país.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) condenó al coronel en retiro Publio Hernán Mejía a 20 años de prisión por su responsabilidad en 72 casos de falsos positivos ocurridos entre 2002 y 2003, cuando comandaba el Batallón La Popa en Valledupar. Se trata de la primera sentencia con pena de cárcel impuesta por la JEP contra un militar retirado por ejecuciones extrajudiciales, una decisión que marca un precedente en el proceso de justicia transicional.En entrevista exclusiva con Blu Radio, Mejía rechazó de manera categórica la condena de la JEP y negó haber dado órdenes ilegales durante su carrera militar. "Nunca voy a aceptar que actúe de manera irresponsable o ilegal y nunca a cambio de una libertad deshonrosa voy a aceptar lo que no hice. Hasta el último suspiro de mi vida lucharé por la verdad, por mi limpieza como soldado, porque allá se hicieron más de 600 operaciones, todas ordenadas dentro de la legalidad. Jamás emití una orden legal y jamás voy a aceptar lo que no hice, cuésteme lo que me cueste", aseveró Mejía.La sentencia de la JEP señala supuestas alianzas entre miembros del Batallón La Popa y estructuras paramilitares para presentar civiles como bajas en combate. Frente a ello, Mejía negó cualquier vínculo con grupos armados ilegales y aseguró que nunca tuvo acuerdos con paramilitares. Incluso afirmó que en el proceso existen pruebas de planes para asesinarlo por parte de esos mismos grupos, lo que, en su criterio, desvirtúa la tesis de una supuesta alianza."Jamás. Con ningún elemento armado al margen de la ley, con ningún delincuente", afirmó.El coronel retirado también cuestionó los testimonios de militares que estuvieron bajo su mando y que reconocieron su participación en los hechos ante la JEP. Según Mejía, esas declaraciones contradicen versiones entregadas previamente ante otras instancias judiciales y habrían sido acordadas para obtener beneficios. "Una libertad deshonrosa a cambio de beneficios no es digna de un soldado. Yo combatí el terrorismo durante muchos años", añadió.Tras conocer la decisión de la JEP, Mejía anunció que apelará la sentencia. Manifestó una profunda desilusión con la justicia transicional, a la que acusó de “faltarle a la verdad” y de buscar un caso emblemático para presionar reconocimientos de responsabilidad. Acompañado por su equipo jurídico, aseguró que agotará todas las vías legales disponibles con la esperanza de que, en una segunda instancia, “brille la verdad” sobre su actuación como comandante del Batallón La Popa.
Aunque Colombia avanza en sus esfuerzos de construcción de paz, la violencia armada sigue afectando de forma grave a las comunidades rurales, étnicas y campesinas. Así lo advierte el Informe Periódico 39 de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP/OEA), presentado ante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que analiza la situación del país entre enero y junio de 2025.Durante ese semestre, la Misión realizó 977 despliegues en 161 municipios y 295 comunidades, donde constató crisis humanitarias en regiones como Guaviare, Catatumbo y sur de Bolívar, marcadas por desplazamientos masivos, confinamientos y afectaciones a la salud mental de la población civil. En el informe se advierte, además, que el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes persiste, mientras grupos armados emplean drones, explosivos y ataques indiscriminados, especialmente en zonas con baja presencia estatal.El jefe de la MAPP/OEA, Roberto Menéndez, subrayó que estas dinámicas profundizan la polarización social y la desconfianza institucional, y llamó al Estado colombiano a fortalecer sus capacidades institucionales para garantizar la paz y la seguridad de las comunidades. “Proteger a la población civil no es una medida de contingencia, sino una obligación ética y política de todos los Estados del hemisferio”, enfatizó.El informe también alerta sobre la violencia contra liderazgos sociales y políticos, en especial tras el asesinato del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, y exhorta a las autoridades a garantizar unas elecciones libres de violencia y de participación segura. La Misión recordó que un proceso electoral transparente y pacífico es una condición esencial para consolidar la paz en Colombia.En cuanto a los avances, el documento resalta el impulso a los diálogos de paz con grupos armados urbanos y rurales, la implementación del Acuerdo Final de 2016, la búsqueda de desaparecidos, la reparación integral a las víctimas y la puesta en marcha del programa RenHacemos, orientado a sustituir cultivos de coca por proyectos productivos. Asimismo, reconoce la aprobación de la Ley 2453 de 2025, que busca prevenir la violencia política contra las mujeres.De cara a 2026, la MAPP/OEA invita a preservar los logros alcanzados y revisar con espíritu crítico los retos pendientes, reforzando la acción institucional para transformar las condiciones que perpetúan la violencia.El trabajo de la Misión cuenta con el apoyo político y financiero de países como Alemania, Canadá, España, Italia, Noruega, Suiza, Reino Unido y Suecia, entre otros, que integran el Fondo Canasta.
La magistrada Catalina Díaz, de la Sala de Reconocimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), informó que el general Huertas será llamado nuevamente a dar versión voluntaria en el marco de la investigación por presuntas ejecuciones extrajudiciales. En una audiencia anterior en Granada, varios militares bajo su mando afirmaron que Huertas conocía e incluso habría dado instrucciones relacionadas con estos hechos.La JEP explicó que esta convocatoria es obligatoria, ya que su jurisdicción es competente para juzgar crímenes cometidos en el marco del conflicto armado, tanto por antiguos miembros del Ejército como de la extinta guerrilla de las Farc. No se requiere ningún acto adicional de suscripción para investigar a Huertas, quien permanece vinculado al proceso.El nombre del general también ha surgido en investigaciones por presuntos vínculos con disidencias de las Farc, específicamente con la estructura de alias Calarcá, según comunicaciones y documentos recopilados por las autoridades. La nueva citación busca esclarecer su responsabilidad en los falsos positivos ocurridos durante su periodo como oficial de operaciones del Batallón de Artillería N.° 4 Jorge Eduardo Sánchez.La fecha exacta para la nueva versión voluntaria aún está en evaluación, y la JEP insiste en que todos los involucrados en crímenes del conflicto deben someterse a esta justicia para garantizar verdad, justicia y reparación a las víctimas.
Estos fueron los temas tratados en Travesía Blu de este sábado, 20 de diciembre de 2025:Se debatió sobre: si tiene la oportunidad de hacer el viaje de sus sueños pero significa perder la Navidad en familia, ¿debería hacerlo?En 'Recomendado', se mencionó el hospedaje al momento de viajar, entre los hoteles recomendados se encuentra Pozos Colorados ubicado en Santa Marta y el hotel Hilton Bogota Corferias, ubicado en la capital. En 'El mundo a la carta', se habló sobre Pizzardi Artigianale, pizzería ubicada en Bogotá, reconocida en Nápoles, Italia, cuna de la pizza napolitana, con el premio Best International Pizza Maker.En 'Cinema travel', se comentó acerca de las películas referentes a la Casa Blanca con diferentes tramas, mostrando este lugar no solo como símbolo del poder político, sino también como escenario de conflictos, amenazas, conspiraciones y acciones heroicas. En Ecosistemas Blu, se enfatizó sobre una pareja creativa unió arte y amor por la naturaleza para ilustrar la biodiversidad de Colombia, como resultado, su proyecto Namba acerca los bosques andinos a la vida cotidiana.En 'Paisaje sonoro', se nombró el río Guatapurí, que nace en la Sierra Nevada de Santa Marta y atraviesa Valledupar, siendo un símbolo cultural y fuente clave de agua para la región. También enfrenta problemas de contaminación y presión urbana.Escuche el programa completo aquí:
La Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, lanzó una alerta momentos antes de que el Gobierno nacional declara un estado de emergencia económico para cubrir un faltante de $16,3 billones en el presupuesto de 2026, luego del hundimiento de la Ley de Financiamiento en el Congreso.En una carta dirigida al presidente de la Corte Constitucional, magistrado Jorge Enrique Ibáñez Najar, el gremio pidió frenar cualquier intento de sustituir al Legislativo mediante el uso de estados de excepción.El pronunciamiento fue firmado por el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, quien solicitó al alto tribunal mantener una atención “especial, preventiva y oportuna” frente a cualquier decreto que se expida bajo un eventual estado de emergencia, con el fin de garantizar un control constitucional efectivo y oportuno.La preocupación de Fenalco se produce en un contexto particularmente sensible: la vacancia judicial. Según el gremio, la declaratoria de emergencia económica en este periodo podría permitir la expedición de decretos con fuerza de ley que entren en vigencia inmediata, consolidando situaciones jurídicas difíciles de revertir, incluso si posteriormente la Corte Constitucional los declara inexequibles.“Los decretos legislativos expedidos durante los estados de excepción producen efectos jurídicos inmediatos”, advirtió Fenalco en su misiva. El gremio sostiene en la carta que no se cumple el estándar constitucional para declarar un estado de excepción cuando la causa es la no aprobación de una ley de financiamiento por parte del Congreso. Fenalco asegura que esa negativa hace parte del ejercicio legítimo de las competencias del poder legislativo y no puede ser interpretada como una situación sobreviniente que habilite al Ejecutivo a legislar por decreto.“Aceptar que la negativa del Congreso justifique un estado de excepción vaciaría de contenido la separación de poderes y convertiría este mecanismo en un sustituto del trámite legislativo ordinario”, señaló Cabal.El gremio también cuestionó otros argumentos que podrían usarse para justificar la emergencia económica, como el aumento de las tasas de interés o la caída de los precios internacionales del petróleo. Según Fenalco, se trata de circunstancias previsibles y, en buena medida, asociadas a decisiones de política pública del propio Ejecutivo.
La expresidenta argentina Cristina Fernández (2007-2015) fue ingresada este sábado en un hospital de Buenos Aires con un cuadro de apendicitis por el cual debió ser sometida a una intervención, según informaron a EFE fuentes del entorno de la exmandataria, que cumple desde junio pasado en su domicilio una pena a seis años de prisión.Fernández fue ingresada en el Sanatorio Otamendi de la capital argentina por recomendación médica debido un agudo dolor abdominal. La exmandataria fue luego sometida a exámenes que concluyeron que sufría una apendicitis, por lo que se decidió intervenirla.Para poder ser trasladada a la clínica desde el domicilio del barrio de Constitución donde cumple la pena en su contra debió recibir una autorización judicial.Esta representa la primera salida de su vivienda desde que entró en vigor su detención el 17 de junio de este año, tras ratificarse la condena en su contra por el caso conocido como ‘Vialidad’, en el que fue declarada culpable de irregularidades en la concesión de obras públicas en la provincia de Santa Cruz durante su Gobierno y el de su difunto esposo.A los seis años de prisión se suma además la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.Desde el pasado 6 de noviembre, Fernández afronta un nuevo juicio -al que asiste virtualmente- por la causa de corrupción conocida como 'los cuadernos de las coimas', en la que se la acusa de liderar una asociación ilícita de 86 personas para recaudar sobornos de empresarios a cambio de contratos públicos entre 2003 y 2015.
El francés Kylian Mbappé igualó uno de los récords de su ídolo: el del potugués Cristiano Ronaldo. De fotografiarse con el astro portugués en 2012 en una visita del galo a la Ciudad Deportiva de Valdebebas, a acabar jugando en el club en el que hizo historia para perseguir sus números e igualar uno de sus hitos, el récord de goles en un año natural.Da alcance Mbappé los 59 goles en 2013 de Cristiano Ronaldo. El el portugués lo logró en 50 partidos y el francés ha necesitado 58.Lo persiguió el galo hasta el final. Muestra de ello lo fue ya su titularidad y partido completo ante el Talavera, de la tercera categoría del fútbol español, en dieciseisavos de la Copa del Rey. Anotó dos goles que, a la postre, fueron clave para pasar la eliminatoria (2-3).Redujo distancias con Cristiano y el Sevilla este sábado era su última oportunidad. Y estuvo activo, pero desacertado. A veces, incluso, ansioso por marcar ese gol que igualara a ‘CR7’.Lo intentó con hasta siete remates Mbappé antes de lograr el gol esperado, pero más allá de un remate al travesaño en el minuto 57 no logró conectar con acierto con el balón para generar peligro real.Sus compañeros le buscaban y él pedía el balón constantemente. Güler, su mejor socio esta temporada, quien le ha dado siete asistencias, intentó encontrarle, incluso sin que Mbappé fuera la mejor opción, con ahínco. Y Mbappé, aunque al acabar el partido aseguró que lo importante era ganar, demostró esas ganas de récord en un gesto tras no recibir un balón de Jude Bellingham en la primera mitad.Se quedó a las puertas del gol en el minuto 17, 18, 48, 51 -por dos ocasiones-, 55 y 57… y tuvo que ser ya en el 86 cuando logró el ansiado récord. Rodrygo forzó un penalti que Mbappé transformó para poder celebrar su 59º gol como su ídolo, imitando la icónica celebración del ‘siu’ de Cristiano Ronaldo en el Bernabéu.Y vio cerca superarlo hasta en tres ocasiones, pero un penalti señalado de Oso sobre Bellingham en el minuto 89 lo anuló el colegiado tras revisarlo en la pantalla del VAR. Además, en en el minuto 94, el VAR revisó si una falta sobre Rodrygo era dentro o fuera del área; finalmente se señaló fuera y Kylian mandó alto el disparo.Y la última llegó en la jugada final del encuentro. Al espacio con un Sevilla volcado, Mbappé se ganó un hueco para encarar la portería en solitario, pero Rodrygo, en su conducción por banda izquierda, no le vio y al llegar a las inmediaciones del área dio un pase atrás.Rozó el récord en solitario un Mbappé que cumplió 27 años este mismo sábado 20 de diciembre y que suma desde que llegó al Real Madrid 73 goles y 10 asistencias en 83 encuentros. Es decir, una aportación de gol por encuentro.
En el programa Travesía Blu en 'Paisaje sonoro' se destacó al río Guatapurí como uno de los escenarios naturales más representativos del Cesar. Durante la emisión se mencionó que hcae su recorrido atravesando la ciudad de Valledupar, su origen en la Sierra Nevada de Santa Marta y la importancia que tiene tanto para el entorno natural como para la identidad cultural de la región.El río Guatapurí nace en la Sierra Nevada de Santa Marta, una de las montañas más altas y especiales del país. Desde allí, recorre cerca de 80 kilómetros hasta unirse al río Cesar, que más adelante conecta con el Magdalena. Su nombre significa “agua fría”, una característica que lo identifica, ya que sus aguas mantienen una temperatura baja incluso en los días más calurosos de la región.El comportamiento del río cambia según la época del año. En temporada de lluvias el caudal aumenta y el río baja con más fuerza, mientras que en los meses secos su nivel desciende de forma notable. Estos cambios afectan tanto a las personas que viven cerca como a los animales que dependen del agua para sobrevivir.El Guatapurí es hogar de varias especies de peces y fauna acuática propias de la Sierra Nevada. Además, resulta fundamental para el abastecimiento de agua y para mantener los ecosistemas que rodean su cauce. Su presencia contribuye al bienestar de miles de habitantes del Cesar, que encuentran en el río una fuente de vida y un espacio natural clave para la región.Más allá de su importancia ambiental, el río tiene un gran valor cultural, pues es un símbolo del vallenato y aparece con frecuencia en canciones, historias y tradiciones populares. Para muchos habitantes, el Guatapurí representa un lugar de encuentro, descanso y conexión con la identidad local, especialmente en Valledupar.Sin embargo, el río también enfrenta dificultades debido a la contaminación, el crecimiento urbano y el uso irresponsable del agua, los cuales afectan algunos tramos de su recorrido, sobre todo cerca de la ciudad. Lo que genera preocupación entre autoridades y ciudadanos, que ven la necesidad de proteger este recurso natural.
La situación de derechos humanos en la Sierra Nevada de Santa Marta sigue siendo crítica, según Scott Campbell, representante en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. Durante su visita del 1 al 4 de diciembre, Campbell pudo constatar altos riesgos para los pueblos indígenas Arhuaco, Wiwa, Kankuamo, Kogui, Ette Naka y Wayuu, así como para comunidades afrodescendientes y campesinas.La alerta de derechos humanos en la Sierra Nevada de Santa Marta se debe a la expansión de grupos armados como el Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra. Sus operativos incrementan la violencia, el desplazamiento forzado y los riesgos para líderes indígenas, afrodescendientes y campesinos. Estas organizaciones no estatales ejercen control territorial, imponen restricciones a la movilidad y amenazan a quienes defienden derechos humanos, ambientales y colectivos, generando un clima de miedo e inseguridad en toda la región.El representante de la ONU denunció asesinatos recientes y atentados contra defensores de derechos humanos. Entre ellos, la muerte de Elizabeth Mojica, profesora y defensora de mujeres, niñas y niños, el 30 de noviembre, y el atentado contra Misael Socarrás, líder ambiental de la comunidad Wayuu, ocurrido el 12 de diciembre. Campbell instó al Estado a investigar, sancionar a los responsables y reforzar la protección de la población civil.Según la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, en 2025 se han documentado cuatro masacres y ocho homicidios de defensores en municipios de Cesar, La Guajira y Magdalena. “La población sufre y teme por su vida ante la acción de grupos armados no estatales y la falta de protección estatal”, indicó Campbell.El representante advirtió sobre las graves violencias contra mujeres indígenas, incluyendo violencia sexual y de género, y urgió la creación de Casas de la Mujer en Cesar, Magdalena y La Guajira, con recursos suficientes para atender a las víctimas. También enfatizó la necesidad de proteger a la niñez del reclutamiento forzado por grupos armados, recordando que se trata de un crimen de guerra.Campbell destacó la labor del programa Futuro Colombia de la Fiscalía General y recomendó su fortalecimiento y expansión a los tres departamentos de la Sierra Nevada. Asimismo, hizo un llamado a respetar los derechos ambientales y territoriales de las comunidades indígenas y afrodescendientes, y a garantizar la consulta previa, libre e informada.El representante de la ONU reiteró la urgencia de implementar integralmente la Alerta Temprana 020 de la Defensoría del Pueblo, emitida el 2 de diciembre, que identifica factores de riesgo y emite recomendaciones para prevenir violaciones de derechos humanos.Durante su misión, Campbell se reunió con autoridades civiles y militares, líderes ambientales, mujeres indígenas, representantes de consejos comunitarios afrodescendientes y organizaciones de derechos humanos. La misión contó con el acompañamiento de las embajadas de Canadá, Irlanda y Países Bajos.ONU Derechos Humanos reafirma su compromiso de acompañar a las comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta, documentar violaciones, brindar asesoría técnica y exigir al Estado mayores garantías de protección para la vida y los derechos de estas poblaciones.
A esta hora el presidente Gustavo Petro tiene en sus manos la decisión sobre el futuro de la mesa de negociación de paz entre el Gobierno Nacional y el Clan del Golfo, proceso que atraviesa su momento más crítico tras la reciente inclusión de ese grupo armado en la Lista Clinton del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.El jefe de la delegación gubernamental, Álvaro Jiménez, se encuentra a la espera de una comunicación y una reunión directa con el mandatario para definir si las conversaciones continúan o si se abre un nuevo escenario de revisión frente al impacto jurídico y político que tiene esta designación internacional.Las negociaciones entre el Gobierno y el Clan del Golfo —también conocido como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia— se adelantan desde septiembre de 2025 en Doha, Catar, con acompañamiento de representantes internacionales y organismos humanitarios. En el más reciente ciclo, concluido el 5 de diciembre, las partes habían logrado acuerdos preliminares sobre las zonas de ubicación temporal, donde se ubicarían los integrantes de la organización como parte de un eventual proceso de desarme y sometimiento colectivo.Sin embargo, la decisión de Estados Unidos de incluir al Clan del Golfo y a varios de sus líderes en la Lista Clinton, bajo señalamientos de narcotráfico y lavado de activos, ha generado incertidumbre sobre la continuidad del proceso, e incluso podría afectar los alivios jurídicos otorgados a los miembros que actúan como negociadores en el exterior.Actualmente, varios de esos representantes se encuentran en los Emiratos Árabes Unidos, con órdenes de captura suspendidas temporalmente, en virtud del acuerdo humanitario que permitió su participación en los diálogos. Ahora, la Casa de Nariño evalúa los alcances legales y diplomáticos de la medida norteamericana y los efectos que podría tener sobre los compromisos adquiridos en la mesa.La comunidad internacional y los acompañantes del proceso han insistido en la necesidad de mantener abiertos los canales de diálogo, advirtiendo que una ruptura abrupta podría agravar la crisis humanitaria en regiones donde el Clan del Golfo mantiene control territorial.El país está a la expectativa de la decisión que adopte el presidente Petro en las próximas horas, decisión que podría marcar el rumbo del proceso de paz más complejo que enfrenta actualmente su gobierno.
El Consejo Comunitario de las Comunidades Negras Cerro Teta, en el municipio de Buenos Aires, Cauca, emitió una alerta comunitaria denunciando hostigamientos y detonaciones de artefactos explosivos que se registraron desde las 6:00 de la mañana en la cabecera municipal, en inmediaciones de la Estación de Policía, el Banco Agrario, la Casa de Justicia, la Alcaldía Municipal y viviendas cercanas.Los hechos han generado temor, confinamiento y riesgo para decenas de familias del territorio ancestral, quienes se encuentran atrapadas en medio del fuego cruzado.De acuerdo con la comunidad, esta situación constituye una grave violación a los derechos humanos y étnico-territoriales, pues afecta la integridad física y emocional de las familias, limita su libre circulación y amenaza directamente su permanencia en el territorio. “La vida no es posible sin el territorio”, reiteró el Consejo Comunitario en su pronunciamiento.Ante la gravedad de los hechos, la defensora del Pueblo, Iris Marín, expresó su respaldo a la denuncia de la comunidad y anunció que la entidad ya activó las rutas de verificación, prevención y atención humanitaria en la zona, en articulación con las autoridades locales y organismos internacionales de derechos humanos. Marín enfatizó que la Defensoría está “verificando en terreno y exigiendo respeto por la vida, la dignidad y la autonomía de las comunidades afrodescendientes del norte del Cauca”.La institución hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional, las autoridades departamentales y los organismos de seguridad para que adopten medidas inmediatas que garanticen la protección de la población civil y eviten nuevos hechos de violencia.Esta nueva emergencia se suma al creciente clima de inseguridad que enfrentan los territorios étnicos en el suroccidente del país, donde persisten enfrentamientos entre grupos armados ilegales por el control territorial y las economías ilícitas.
Los habitantes del corregimiento de Pachelly, en la zona rural de Tibú, fueron despertados en la madrugada de este martes por el estruendo de las botas y los gritos de victoria de un grupo de disidentes del frente 33 de las Farc. Los hombres armados ingresaron hasta el centro del caserío, exhibiendo su poderío bélico y lanzando arengas alusivas a la antigua guerrilla.En varios videos grabados y difundidos por los mismos insurgentes, se escucha cómo los hombres reportan a su comandante, alias ‘Richard Suárez’, el cumplimiento de una supuesta misión.“Lo logramos, comandante. Lo prometido es deuda, camarada”, se oye decir a uno de ellos mientras recorren las calles del corregimiento. Las imágenes muestran a los disidentes sentados en las escaleras del parque principal, tomando gaseosa y burlándose del ambiente navideño del pueblo.“Vea, camarada, cómo se ve bonito Pachelly ahora, decorado en las navidades”, dice uno de los guerrilleros con tono sarcástico, en lo que parecería ser un mensaje dirigido al jefe de la estructura Jorge Briceño.Durante la incursión, los hombres mantuvieron comunicación radial con otros grupos ubicados en zonas altas del corregimiento. En esos audios se les escucha ordenar a los llamados “dronistas” —encargados de operar drones con explosivos— permanecer en alerta ante cualquier eventualidad.Según denuncias difundidas por redes sociales, un habitante del corregimiento habría sido asesinado durante la toma, presuntamente por ser colaborador del ELN. Pachelly es una de las zonas más disputadas del Catatumbo entre las disidencias del frente 33 de las Farc y el ELN, que se enfrentan por el control territorial y las rentas ilegales.
El primer paro se registró en febrero de 2025 en el Chocó, con confinamientos y desplazamientos masivos. En mayo, el grupo insurgente volvió a imponer restricciones en el mismo departamento, mientras que en julio declaró un nuevo paro armado de 48 horas. El más reciente, de alcance nacional, fue anunciado para diciembre y se extendió durante 72 horas, afectando la movilidad y la economía en varias regiones del país.Estos hechos se dan en un contexto en el que el ELN ha sostenido al menos cinco intentos de negociación con diferentes gobiernos colombianos, sin lograr consolidar un acuerdo de paz. Los primeros contactos se remontan al mandato de Alfonso López Michelsen en los años 70; luego vinieron los diálogos de Caracas y Tlaxcala (1991-1992) con César Gaviria; los acercamientos exploratorios de los años 2000; las mesas formales de Quito y La Habana (2017-2019) bajo Juan Manuel Santos; y el más reciente proceso, impulsado por Gustavo Petro desde 2022, que se suspendió en enero de 2025.Para Carlos Arturo Velandia, exmiembro del ELN y actual gestor de paz, la constante frustración de los procesos responde a la línea política interna del grupo armado, que hoy privilegia la confrontación sobre el diálogo.“El ELN no tiene hoy por hoy una estrategia de paz, sino más bien una estrategia de confrontación frontal. No considera a este gobierno de izquierda como progresista ni como un aliado, sino como cualquier otro gobierno de la historia republicana. Eso explica su actual comportamiento, incluido el llamado paro armado, que termina afectando a la población civil y los derechos de los ciudadanos”, explicó Velandia.El excombatiente recordó que el ELN ha estado involucrado en procesos de diálogo “desde el gobierno de César Gaviria Trujillo” y que incluso con la actual administración mantuvo conversaciones hasta agosto de 2024, antes de levantarse de la mesa en enero de este año.“El Gobierno ha mantenido su voluntad de diálogo, pero hoy no hay tiempo ni voluntad por parte del ELN para reiniciar un proceso. El Estado debe cumplir su deber constitucional de proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos”, concluyó.Con cuatro paros armados solo en 2025 y más de cinco procesos de paz frustrados en su historia, el ELN se mantiene como el último grupo guerrillero de origen político activo en Colombia, aunque cada vez más definido por el control territorial y las rentas ilegales que por su ideario insurgente.
Se cumplen ocho años de la firma del acuerdo de paz con las antiguas Farc y ¿cuál es el panorama hoy? Al respecto habló en Mañanas Blu con Camila Zuluaga uno de los miembros de esta guerrilla que estuvo en las negociaciones y que actualmente hace parte de la mesa de diálogos con el Gobierno, Andrey Avendaño, jefe de las disidencias del Catatumbo.Según comentó, más que llevar a cabo un proceso, lo que piden hoy es “que se cumplan los acuerdos que previamente se han firmado”. En ese sentido, enfatizó que se puede hacer un tratado que “en papeles sea una maravilla, pero si no se da cumplimiento eficaz”, podría terminar en el rearme de esos grupos.Y es que hay críticas, específicamente, en materia de ejecución e implementación, pues, aunque se han logrado avances y sacado adelante algunos puntos, siguen los rezagos sobre los acuerdos de paz, además de los reparos por las actuales negociaciones con quienes no se acogieron a la firma del 2016.Al respecto, Avendaño señaló que no es una oportunidad para aquellos que no se sumaron en ese momento, sino una oportunidad de “construir un acuerdo completo” que beneficie a todas las partes. Añadió que consideran que muchas de las cosas que se plantearon en ese entonces quedaron “inconclusas”."No es una oportunidad a las personas que, de una u otra manera, tuvimos nuestros reparos al proceso. Creo que es una oportunidad de construir de verdad un acuerdo completo ante el mayor beneficiado, que sean las comunidades, que es lo que se ha planteado básicamente en este proceso de diálogo. No es que en el otro no se haya hecho, sino que consideramos que hay cosas que quedaron inconclusas y lo que está inconcluso hay que terminarlo”, indicó.“No podemos dejar cosas a medias porque sería una paz a media, sería un proceso que no recoge el sentir de la gran mayoría y es lo que, precisamente, nosotros estamos tratando de hacer en este proceso, que sea un proceso más incluyente, más participativo y por eso consideramos que no es una oportunidad para nosotros”, agregó.Avendaño comentó que se trata de crear espacios donde se presenten alternativas que beneficien a “los que históricamente han sufrido las consecuencias de la confrontación armada en los territorios”.“Nosotros, al fin y al cabo, desde nuestros espacios de lucha hemos creado nuestras condiciones para la permanencia y la subsistencia de la vida guerrillera y en nosotros como guerrilleros de las Farc, pero acá se trata de que desde estos espacios tratemos de generar alternativas que beneficien a los que históricamente han sufrido las consecuencias de la confrontación armada en los territorios y de la violencia misma, expresada en muchas formas, no solamente la violencia armada, sino la violencia psicológica, desde la violencia social”, enfatizó.También habló del papel del Gobierno y del Estado. Según aseveró, hay un “atraso” por parte de la institucionalidad, encargada de “administrar los recursos del país y ponerlos en función de quienes lo necesitan”.
Las recientes declaraciones del expresidente Juan Manuel Santos sobre los acuerdos de paz, que cumplieron ocho años desde su firma en 2016, generaron varias reacciones, incluyendo la del también expresidente Iván Duque, quien le respondió vía X que quienes pactaron “impunidad” con grupos criminales hoy quieren “posar de pacifistas”.Al respecto se pronunció el exconsejero para la Consolidación y Estabilización, Emilio Archila. En diálogo con Mañanas Blu comentó que las afirmaciones de Santos “no tienen fundamento” con lo que en realidad se consiguió durante los cuatro años de Gobierno de Duque.“Obviamente eso no tiene ningún fundamento en la realidad y en la verdad de lo que se logró. Nosotros no nos demoramos dos años en tener una idea de cómo hacer un plan de choque para la implementación, nos demoramos dos meses. A los dos meses de posesionado el expresidente Iván Duque, ya habíamos expedido la política de implementación, fue la primera”, sentenció.El exconsejero, además, dio algunas cifras de inversión de ese entonces. Según precisó, “cada peso” fue monitoreado. Esto, ante las críticas por la falta de ejecución de los acuerdos. Así, añadió que cada “fuente viene con su propio sistema y ejecución”.“En materia de víctimas tuvimos el presupuesto más alto que ha habido nunca, alrededor de cuatro y medio billones de pesos. En materia de reincorporación trabajamos y entre lo que nos dieron los fondos de presupuesto, deben ser alrededor de otros dos billones de pesos”, explicó.Sobre la implementación de los acuerdos, luego de firmados, Archila señaló que fueron también a Naciones Unidas para solicitar que fueran un organismo de acompañamiento durante todo el proceso. Aseguró que, desde las directivas de la ONU, cumplidos los seis años de la firma, mostraron a Colombia como un ejemplo por la ejecución de varios de los puntos del acuerdo."Aquí en Colombia estaba el secretario general de Naciones Unidas diciendo que Colombia era ejemplo para el mundo en materia de implementación", puntualizó.El exconsejero Archila, incluso, afirmó que el líder del Partido Comunes ha dicho que le fue “mucho mejor con el expresidente Duque que con el expresidente Petro”.“Esto es algo que nunca se ha hecho en políticas públicas en Colombia, empezar de un sueño y dejamos ejecutándose 16 billones de pesos, es casi el presupuesto de la primera línea del metro de Bogotá”, recalcó.Estas son las declaraciones de Santos en entrevista con Noticias Caracol
En el octavo aniversario de la firma del acuerdo de paz, la Defensoría del Pueblo hizo un llamado a acelerar la implementación del enfoque de género contenido en el texto del 2016. De acuerdo con esa entidad, más del 50% de las disposiciones relacionadas al tema continúan en etapas mínimas.Fue la defensora del pueblo, Iris Marín Ortiz, quien le pidió al Gobierno Nacional que priorice el enfoque de género que se abordó en el acuerdo de paz de hace 8 años. La funcionaria asegura que aún se evidencian retrasos significativos en la incorporación del enfoque, pues de las 130 disposiciones relacionadas en el documento, más del 50% aún está en etapas mínimas para ponerlas en funcionamiento.“Este panorama es alarmante porque no solo retrasa la consolidación de la paz, sino que perpetúa barreras históricas para mujeres, niñas y personas LGBTIQ+ en el país. Desde la Defensoría del Pueblo coincidimos en la preocupación por el consistente rezago en los compromisos adoptados en el Acuerdo, relacionados con el enfoque de género”, dijo Marín.Bajo ese contexto, la Defensoría le formuló al gobierno nacional siete recomendaciones claves para avanzar en el acuerdo:- Dinamizar el acceso de tierras para las mujeres rurales.- Fortalecer la participación política de las mujeres en las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz.- Justicia restaurativa para mujeres, niñas y personas LGBTIQ+ víctimas de violencias de género, sexual y reproductiva.- Seguridad para mujeres lideresas y firmantes de paz.- Inversión pública diferencial para mujeres en zonas importantes para la implementación.- Garantizar el enfoque étnico.- Reactivar la Alta Instancia de Género del Gobierno Nacional.“Acelerar la implementación del enfoque de género en el Acuerdo de Paz no da más espera. Por eso insistimos en nuestro compromiso y llamado a la construcción de una paz que priorice las deudas históricas con las mujeres y personas LGBTIQ+ que han sido víctimas del conflicto armado interno, para garantizar que la equidad de género sea una realidad”, finalizó la defensora.
En entrevista con Camila Zuluaga en Mañanas Blu, Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), ofreció una visión crítica sobre las perspectivas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en cuanto a las negociaciones de paz con el Gobierno Nacional. Bonilla resaltó varios desafíos clave que enfrenta Colombia para lograr una paz duradera con este grupo armado.Según la experta, "la llave de la paz nunca se debe botar definitivamente", aunque advirtió que esto no implica abrir las puertas a negociaciones sin condiciones. Este tipo de enfoque, como el que se observó al inicio del actual Gobierno, podría ser contraproducente, ya que no garantizaría el control institucional sobre el país. La subdirectora destacó que "este Gobierno el ELN tuvo varios golpes como organización", lo que demuestra que su disposición a negociar está más ligada a cumplir sus demandas que a un verdadero deseo de dejar las armas.Bonilla también señaló que la guerra del ELN ha tenido un costo elevado, con un número significativo de víctimas civiles, ya que la organización busca consolidar su poder sobre los territorios en disputa. Sin embargo, destacó que el proceso de paz no ha sido lo que ha fortalecido al grupo: "Desmovilizamos un grupo, pero no somos capaces de controlar el territorio", señaló, apuntando a las debilidades institucionales en la implementación de los acuerdos.Además, la analista subrayó las fracturas internas dentro del ELN, las cuales se han profundizado por la falta de avances en los diálogos con el Gobierno. "El ELN se fortaleció en paz y en guerra, o estamos haciendo mal la paz o la guerra, o las dos", comentó, sugiriendo que el enfoque actual para tratar con este grupo no está funcionando.Finalmente, Bonilla hizo énfasis en la diferencia entre el ELN y las Farc, destacando que los ciclos de la guerra son distintos y que las herramientas usadas con las Farc no son aplicables para otros grupos armados. "En este momento ningún grupo se parece a las Farc", concluyó, reafirmando la complejidad del conflicto y la necesidad de un enfoque adaptado a cada situación.En relación a la situación política en Venezuela, Bonilla también indicó que "si ahora el Gobierno de Maduro se cae no sería para un problema en Colombia y las negociaciones, sería más un problema para el ELN". Esta declaración subraya cómo el ELN, con su presencia en la frontera colombo-venezolana, podría verse afectado por los cambios en el poder en Venezuela, afectando sus propias dinámicas y estrategias."El próximo Gobierno tiene que tener decisiones inteligentes, es importante considerar las evidencias", terminó sugiriendo Bonilla al Gobierno que sea electo como sucesor del actual, el de Gustavo Petro.
Más de 3.000 personas permanecen confinadas en el sur del país, mientras se reportan ataques, bloqueos y amenazas en 12 departamentos. La Defensoría alertó sobre graves afectaciones a los derechos humanos y pidió a los grupos armados cesar las acciones que ponen en riesgo a la población civil.Desde el 9 de diciembre, los grupos armados ilegales han ejecutado una serie de acciones coordinadas en distintas regiones del país, afectando la movilidad, el transporte, la economía local y la seguridad de miles de colombianos.El paro decretado por las disidencias de Iván Mordisco continúa afectando los municipios de Puerto Guzmán y Puerto Leguízamo, en Putumayo, donde las comunidades de La Tagua, El Mecaya, Yurilla, Sencella, Umancia y Guaquira permanecen confinadas. Según los reportes de la Defensoría, unas 3.000 personas están bajo restricciones de movimiento. En Caquetá y Amazonas, los bloqueos en los ríos Caquetá, Caguán y Orteguaza mantienen aisladas comunidades indígenas del Consejo Regional del Medio Amazonas (CRIMA).El ELN, por su parte, ha ejecutado acciones armadas en al menos 12 departamentos. En Antioquia, se registraron explosiones, la incineración de un bus y cierres viales en municipios como Valdivia y Salgar. En Arauca, un ataque con tatucos bomba al Batallón de Puerto Jordán dejó daños materiales y obligó a suspender el transporte público.En el Cauca, las autoridades confirmaron cinco acciones violentas, entre ellas la instalación de cilindros explosivos en la vía Panamericana y el despliegue de banderas y grafitis del grupo armado. En Cesar, se reportó la quema de maquinaria amarilla en una zona de reincorporación, y en Chocó, el transporte fluvial y terrestre fue suspendido totalmente.La Guajira, el Magdalena Medio, Nariño y Norte de Santander también han registrado ataques, cierres viales y amenazas a transportadores. En La Lizama (Santander), un ataque con explosivos al peaje dejó una funcionaria herida.La Defensoría del Pueblo reiteró que estos llamados “paros armados” constituyen una grave vulneración de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario, al imponer restricciones ilegales a la población civil. El organismo pidió al ELN y a las disidencias de Iván Mordisco abstenerse de continuar con estas acciones y solicitó a las autoridades reforzar la protección en los territorios más afectados.Los “paros armados” del ELN y las disidencias dejan a miles de familias en riesgo y reflejan la persistencia del conflicto en regiones históricamente golpeadas por la violencia. La Defensoría del Pueblo insiste en que la paz no puede construirse desde el miedo ni la intimidación, sino con garantías de vida, libertad y dignidad para la población civil.
El pasado 12 de diciembre, el ELN anunció un paro armado de 72 horas que inició el 14 de diciembre y se extenderá hasta el 17 del mismo mes a las 6:00 a. m., afectando gran parte del territorio nacional. Esta medida, definida por la guerrilla como una protesta contra lo que califica de “plan contrainsurgente” y agresión norteamericana, obliga a la población a restringir su movilidad, suspender actividades comerciales y desalentar el transporte entre regiones.El llamado al paro armado ha generado alarma en distintas zonas del país, incluidas ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Cúcuta, donde el Frente de Guerra Urbano del ELN emitió advertencias a la ciudadanía y a empresas de transporte para que acaten la orden de cese de actividades.El efecto de este tipo de acciones ha sido ampliamente criticado por la Defensoría del Pueblo, que advierte que los paros armados pueden agravar la limitación de acceso a servicios esenciales, provocar desabastecimiento y profundizar escenarios de violencia y confinamiento forzado para las comunidades civiles.El Gobierno Nacional ha respondido con un despliegue de seguridad reforzado en puntos críticos, mientras las autoridades llaman a la población a no ceder ante la intimidación y a mantener su vida cotidiana dentro de lo posible.Este anuncio se da en un contexto de escalada de la violencia en varias regiones de Colombia durante 2025. Por ejemplo, en la región del Catatumbo, al noreste del país, se han registrado combates entre el ELN y disidencias de las Farc-EP desde enero, que han generado desplazamientos masivos, secuestros y decenas de víctimas mortales.Además, hace pocas semanas se presentaron ataques simultáneos en distintos municipios durante las festividades, con explosivos y acciones que dejaron heridos y muertos, en un contexto en el que distintos grupos armados buscan controlar territorios y economías ilegales.El presidente de Colombia también ha rechazado el paro armado, haciendo un llamado a la calma y exhortando a los ciudadanos a celebrar la temporada navideña sin miedo ante las amenazas de la guerrilla.La Delegación del Gobierno, en el comunicado difundido este lunes, enfatiza que este tipo de medidas no contribuyen al diálogo ni a la tranquilidad de la población, e insiste en la necesidad de gestos de desescalada, como la liberación de personas retenidas por la organización armada, para recuperar la confianza en las conversaciones de paz.
La Defensoría del Pueblo de Colombia rechazó este miércoles el "paro armado" de 22 días en los departamentos del Caquetá (sur) y Putumayo, fronterizo con Perú y Ecuador, decretado por un frente del Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las FARC.En los paros armados, este grupo armado ilegal suele restringir el desplazamiento de vehículos por carreteras y ríos; la movilidad de las personas, e incluso ordena el cierre de comercios, además de cometer agresiones y amenazar a todo aquel que no cumpla estas restricciones."Estas amenazas afectan derechos fundamentales, profundizan el miedo en las comunidades e infringen gravemente el Derecho Internacional Humanitario. Nada justifica someter a la población civil con intimidaciones o presiones", dijo la Defensoría del Pueblo en su cuenta de X.Según ese organismo, el "paro armado" lo ordenó el frente Carolina Ramírez en los departamentos de Caquetá y Putumayo entre el 9 y el 30 de diciembre.Ante la situación, la Defensoría dijo que activó sus sistemas de alerta para acompañar a las comunidades y verificar posibles afectaciones.Igualmente instó a las autoridades a garantizar la seguridad y movilidad, con especial atención a niños, niñas, adolescentes, personas mayores y comunidades étnicas."La ciudadanía no puede ser rehén de grupos armados. La dignidad y la vida están por encima de cualquier pretensión de control territorial", concluyó la Defensoría.Control territorialHace una semana Human Rights Watch (HRW) alertó que los grupos armados que operan en el departamento colombiano del Putumayo, fronterizo con Perú y Ecuador, están utilizando las negociaciones de paz con el Gobierno para reforzar su control sobre la población civil y han cometido graves abusos contra comunidades indígenas.Pese a que algunas mesas de diálogo han llegado a acuerdos para destruir armas y sustituir los cultivos de coca, varias disidencias de las extintas FARC, como Comandos de la Frontera y los frentes Raúl Reyes y Carolina Ramírez, siguen estableciendo control territorial y cometiendo abusos contra los habitantes de la zona.Putumayo es un lugar estratégico para la producción y el tráfico de drogas y es el departamento que tiene la segunda mayor producción de coca, solo superado por el departamento vecino de Nariño.Actualmente, dos de los tres grupos armados presentes en Putumayo están en negociaciones de paz con el Gobierno. Por un lado, los Comandos de la Frontera, parte de una coalición conocida como Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), que opera a lo largo de la frontera con Ecuador.Por otro lado, el Frente Raúl Reyes, que forma parte del Estado Mayor de Bloques y Frentes (EMBF) y tiene fuerte presencia en el norte de Putumayo, en la frontera con los departamentos de Caquetá y Cauca.Mientras tanto, el Frente Carolina Ramírez, que opera al oriente de Putumayo, estuvo en diálogos de paz con el Gobierno entre noviembre de 2023 y abril de 2024, pero actualmente no forma parte de las negociaciones.
En el Día Internacional de los Derechos Humanos, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos reveló que 128 niños, niñas y adolescentes fueron reclutados por grupos armados en Colombia entre enero y noviembre de 2025. Entre las víctimas, 44 eran indígenas y 7 afrodescendientes, una muestra del impacto que esta práctica tiene sobre comunidades rurales históricamente olvidadas.Los principales responsables son las disidencias de las Farc, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las estructuras del Clan del Golfo, que se han expandido territorialmente en departamentos como Meta, Guaviare, Arauca, Cauca, Nariño y el Bajo Cauca antioqueño.Según el informe, estas organizaciones utilizan violencia, amenazas y engaños para captar menores: promesas de dinero, pertenencia o poder, y hasta reclutamiento a través de redes sociales.La ONU advirtió que el fenómeno no solo rompe infancias, sino también destruye el tejido social de pueblos indígenas y afrodescendientes sometidos a control armado. En muchas regiones, los ilegales imponen normas, castigan a la población y reemplazan al Estado, consolidando un dominio que mezcla narcotráfico, extorsión y reclutamiento.El organismo alertó que la expansión de estos grupos refleja la ausencia estatal y el fracaso de las políticas de seguridad. Además, recordó que el reclutamiento de menores es un crimen de guerra que no prescribe y exige una respuesta urgente del Estado colombiano para proteger a la niñez y garantizar justicia.
De acuerdo con la investigación de la JEP, Benito Osorio Villadiego, gerente del Fondo Ganadero de Córdoba durante el periodo analizado, fue quien ejecutó las decisiones de la junta directiva orientadas a transformar el propósito del Fondo: de una entidad de fomento ganadero a un mecanismo de adquisición y control territorial.La junta, integrada por Osorio, Benito Molina Velarde, Luis Gonzalo Gallo Restrepo y Jaime García Exbrayat, aprobó un plan para comprar masivamente predios rurales a precios irrisorios, muy por debajo del valor comercial, bajo el argumento de que se trataba de tierras “baratas” y “sin desarrollo productivo”.En ese proceso, Benito Osorio presentó ante la junta a Sor Teresa Gómez, representante de la familia Castaño Gil, como delegada para coordinar la estrategia de compra de tierras. Gómez —vinculada directamente con el paramilitarismo— se convirtió en la pieza clave que conectó al Fondo con los grupos armados ilegales que desalojaron violentamente a comunidades en Urabá y el Bajo Cauca.La investigación judicial reveló que los directivos del Fondo modificaron la razón social de la entidad, pasando de su función de apoyo a los ganaderos a operar como una empresa de expansión territorial que aprovechaba los desplazamientos masivos provocados por la guerra.El encargado de negociar los predios fue Carmelo Esquivia Guzmán, asesor jurídico del Fondo, quien coordinó la legalización y titulación de terrenos —muchos de ellos baldíos o sin registro formal— a nombre de la entidad. Para ello contó con el apoyo de notarios y funcionarios locales, algunos posteriormente condenados por su participación en estos hechos.Según la JEP, los exdirectivos diseñaron un modelo de negocio basado en la violencia, que se sustentó en el terror generado por masacres, asesinatos y desplazamientos ocurridos desde comienzos de los años noventa. Entre 1996 y 1998, una vez consolidado el control paramilitar en la zona, comenzaron las compras sistemáticas de tierras en la región conocida como Tulapas, que abarca municipios como Turbo, Necoclí y San Pedro de Urabá.En total, la justicia ordinaria ha identificado al menos 105 predios adquiridos irregularmente por el Fondo Ganadero, aunque las medidas cautelares de la JEP y los registros de la Unidad de Restitución de Tierras indican que el número podría ser mucho mayor.El proceso de apropiación de tierras cambió el paisaje y la estructura social de la región, reemplazando comunidades campesinas por proyectos ganaderos y agroindustriales. Lo que antes era una zona boscosa y de protección ambiental se transformó en extensos hatos y potreros controlados por actores vinculados al Fondo.La JEP concluyó que la actuación de estos directivos no fue accidental ni aislada, sino parte de una asociación criminal que se valió del desplazamiento forzado y del dominio paramilitar para legalizar el despojo y obtener beneficios económicos. Este caso, dentro del Caso 04, ilustra cómo sectores empresariales y civiles fueron determinantes en la consolidación de un modelo de violencia y despojo en el país.
En el departamento del Guaviare se mantiene un bloqueo sobre la vía que comunica con el Meta, protagonizado por cerca de 400 personas, entre ellas campesinos e integrantes de comunidades indígenas Nukak. Aunque el hecho se ha presentado como una protesta social, informes de inteligencia señalan que detrás de la movilización estarían estructuras armadas ilegales asociadas a las disidencias de las Farc bajo el mando de alias 'Iván Mordisco', que estarían presionando a la población civil para mantener el cierre de la vía.Según las autoridades, el objetivo de los grupos armados sería obligar al retiro de una base militar ubicada en el cerro Macusito, entre los municipios de El Retorno y San José del Guaviare, una posición estratégica que interfiere con los corredores utilizados para el narcotráfico, la extorsión y el tráfico de armas.Habitantes de la zona han denunciado amenazas, panfletos intimidatorios y disparos cerca de viviendas, así como la presencia de hombres armados que obligan a las familias a participar en el bloqueo. En algunos casos, los grupos han exigido que varios miembros por hogar estén presentes en la protesta.La vía permanece parcialmente bloqueada, afectando el transporte de personas, alimentos y mercancías hacia el interior del país. Mientras tanto, las autoridades investigan la participación de estructuras criminales detrás del bloqueo y analizan medidas judiciales para restablecer la movilidad y la seguridad en la región.