Colombia cierra el año 2025 en medio de una de las arremetidas violentas más graves de los últimos tiempos. El paro armado de 72 horas decretado por el ELN dejó cerca de 100 acciones armadas en al menos nueve departamentos, con un saldo de por lo menos 12 personas asesinadas, decenas de heridos, vías bloqueadas, vehículos incinerados y ataques con explosivos contra la fuerza pública. El hecho más grave ocurrió en zona rural de Aguachica, Cesar, donde un ataque con drones cargados de explosivos contra un batallón militar dejó siete soldados muertos y 28 heridos.En este contexto, María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), analizó en entrevista en El Radar con Ricardo Ospina el significado político y estratégico de esta ofensiva armada, no solo del ELN, sino también de las disidencias lideradas por alias Iván Mordisco. Para la experta, la violencia no es un fenómeno aislado ni coyuntural, sino que está directamente relacionada con el calendario electoral que se avecina.“Tengo la lectura de que sí están preparándose para lo que viene en el proceso electoral, para tener un espacio en el debate público, hacerse notar”, afirmó Llorente, al señalar que estos grupos buscan incidir en la agenda política y forzar definiciones sobre su tratamiento en el próximo gobierno. Según explicó, se trata de una dinámica repetida en Colombia cada cuatro años, pero que hoy se agrava por la expansión territorial y el fortalecimiento económico de las organizaciones armadas ilegales.La directora de la FIP también se refirió a la política de “paz total” del Gobierno del presidente Gustavo Petro, cuya apuesta central ha sido mantener abiertas múltiples mesas de negociación, incluso aquellas que no han mostrado resultados concretos. “Teníamos nueve mesas de negociación, ninguna se ha desmontado, en ninguna hemos tenido ningún resultado, pero ninguna se ha desmontado”, advirtió, al tiempo que cuestionó la ausencia de una estrategia clara de seguridad que acompañe estos diálogos.Para Llorente, el Ejecutivo busca dejar “hechos irreversibles” que condicionen al próximo Gobierno. “Aquí seguimos con esta política… y vamos a seguir insistiendo en ello y generando hechos que le hagan muy difícil al siguiente Gobierno desmontar” los procesos en curso, explicó, refiriéndose a iniciativas como las zonas de ubicación territorial con distintos grupos armados.Sin embargo, el balance en seguridad es preocupante. La analista recordó que la falta de una estrategia integral ha derivado en la fragmentación y multiplicación de estructuras criminales. Como ejemplo, citó el crecimiento del Clan del Golfo: “Se han incrementado en un 85 % con respecto a lo que había cuando se desmovilizaron las Farc”.De cara al próximo Gobierno, Llorente fue enfática en la necesidad de un cambio de enfoque. “Es absolutamente indispensable establecer una hoja de ruta de seguridad en los territorios”, señaló, insistiendo en recuperar la iniciativa del Estado, proteger a la población civil y contener el avance de los grupos armados. Aunque defendió la negociación como herramienta, advirtió que sin seguridad territorial y sin incentivos claros, cualquier proceso está condenado al fracaso.El cierre de año deja así un panorama complejo: más violencia, negociaciones fragmentadas y una campaña electoral que ya empieza a sentirse en los fusiles. Para expertos como Llorente, el reto del 2026 será enorme: construir una política de seguridad y paz que no repita los errores del presente y devuelva la tranquilidad a los territorios más golpeados del país.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) condenó al coronel en retiro Publio Hernán Mejía a 20 años de prisión por su responsabilidad en 72 casos de falsos positivos ocurridos entre 2002 y 2003, cuando comandaba el Batallón La Popa en Valledupar. Se trata de la primera sentencia con pena de cárcel impuesta por la JEP contra un militar retirado por ejecuciones extrajudiciales, una decisión que marca un precedente en el proceso de justicia transicional.En entrevista exclusiva con Blu Radio, Mejía rechazó de manera categórica la condena de la JEP y negó haber dado órdenes ilegales durante su carrera militar. "Nunca voy a aceptar que actúe de manera irresponsable o ilegal y nunca a cambio de una libertad deshonrosa voy a aceptar lo que no hice. Hasta el último suspiro de mi vida lucharé por la verdad, por mi limpieza como soldado, porque allá se hicieron más de 600 operaciones, todas ordenadas dentro de la legalidad. Jamás emití una orden legal y jamás voy a aceptar lo que no hice, cuésteme lo que me cueste", aseveró Mejía.La sentencia de la JEP señala supuestas alianzas entre miembros del Batallón La Popa y estructuras paramilitares para presentar civiles como bajas en combate. Frente a ello, Mejía negó cualquier vínculo con grupos armados ilegales y aseguró que nunca tuvo acuerdos con paramilitares. Incluso afirmó que en el proceso existen pruebas de planes para asesinarlo por parte de esos mismos grupos, lo que, en su criterio, desvirtúa la tesis de una supuesta alianza."Jamás. Con ningún elemento armado al margen de la ley, con ningún delincuente", afirmó.El coronel retirado también cuestionó los testimonios de militares que estuvieron bajo su mando y que reconocieron su participación en los hechos ante la JEP. Según Mejía, esas declaraciones contradicen versiones entregadas previamente ante otras instancias judiciales y habrían sido acordadas para obtener beneficios. "Una libertad deshonrosa a cambio de beneficios no es digna de un soldado. Yo combatí el terrorismo durante muchos años", añadió.Tras conocer la decisión de la JEP, Mejía anunció que apelará la sentencia. Manifestó una profunda desilusión con la justicia transicional, a la que acusó de “faltarle a la verdad” y de buscar un caso emblemático para presionar reconocimientos de responsabilidad. Acompañado por su equipo jurídico, aseguró que agotará todas las vías legales disponibles con la esperanza de que, en una segunda instancia, “brille la verdad” sobre su actuación como comandante del Batallón La Popa.
Aunque Colombia avanza en sus esfuerzos de construcción de paz, la violencia armada sigue afectando de forma grave a las comunidades rurales, étnicas y campesinas. Así lo advierte el Informe Periódico 39 de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP/OEA), presentado ante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que analiza la situación del país entre enero y junio de 2025.Durante ese semestre, la Misión realizó 977 despliegues en 161 municipios y 295 comunidades, donde constató crisis humanitarias en regiones como Guaviare, Catatumbo y sur de Bolívar, marcadas por desplazamientos masivos, confinamientos y afectaciones a la salud mental de la población civil. En el informe se advierte, además, que el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes persiste, mientras grupos armados emplean drones, explosivos y ataques indiscriminados, especialmente en zonas con baja presencia estatal.El jefe de la MAPP/OEA, Roberto Menéndez, subrayó que estas dinámicas profundizan la polarización social y la desconfianza institucional, y llamó al Estado colombiano a fortalecer sus capacidades institucionales para garantizar la paz y la seguridad de las comunidades. “Proteger a la población civil no es una medida de contingencia, sino una obligación ética y política de todos los Estados del hemisferio”, enfatizó.El informe también alerta sobre la violencia contra liderazgos sociales y políticos, en especial tras el asesinato del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, y exhorta a las autoridades a garantizar unas elecciones libres de violencia y de participación segura. La Misión recordó que un proceso electoral transparente y pacífico es una condición esencial para consolidar la paz en Colombia.En cuanto a los avances, el documento resalta el impulso a los diálogos de paz con grupos armados urbanos y rurales, la implementación del Acuerdo Final de 2016, la búsqueda de desaparecidos, la reparación integral a las víctimas y la puesta en marcha del programa RenHacemos, orientado a sustituir cultivos de coca por proyectos productivos. Asimismo, reconoce la aprobación de la Ley 2453 de 2025, que busca prevenir la violencia política contra las mujeres.De cara a 2026, la MAPP/OEA invita a preservar los logros alcanzados y revisar con espíritu crítico los retos pendientes, reforzando la acción institucional para transformar las condiciones que perpetúan la violencia.El trabajo de la Misión cuenta con el apoyo político y financiero de países como Alemania, Canadá, España, Italia, Noruega, Suiza, Reino Unido y Suecia, entre otros, que integran el Fondo Canasta.
La magistrada Catalina Díaz, de la Sala de Reconocimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), informó que el general Huertas será llamado nuevamente a dar versión voluntaria en el marco de la investigación por presuntas ejecuciones extrajudiciales. En una audiencia anterior en Granada, varios militares bajo su mando afirmaron que Huertas conocía e incluso habría dado instrucciones relacionadas con estos hechos.La JEP explicó que esta convocatoria es obligatoria, ya que su jurisdicción es competente para juzgar crímenes cometidos en el marco del conflicto armado, tanto por antiguos miembros del Ejército como de la extinta guerrilla de las Farc. No se requiere ningún acto adicional de suscripción para investigar a Huertas, quien permanece vinculado al proceso.El nombre del general también ha surgido en investigaciones por presuntos vínculos con disidencias de las Farc, específicamente con la estructura de alias Calarcá, según comunicaciones y documentos recopilados por las autoridades. La nueva citación busca esclarecer su responsabilidad en los falsos positivos ocurridos durante su periodo como oficial de operaciones del Batallón de Artillería N.° 4 Jorge Eduardo Sánchez.La fecha exacta para la nueva versión voluntaria aún está en evaluación, y la JEP insiste en que todos los involucrados en crímenes del conflicto deben someterse a esta justicia para garantizar verdad, justicia y reparación a las víctimas.
Estados Unidos está interceptando y confiscando un buque sancionado en aguas internacionales frente a las costas de Venezuela, confirmaron este sábado, 20 de diciembre, a la agencia Reuters tres funcionarios estadounidenses bajo condición de anonimato.La operación, que se desarrolla en mar abierto y cuya ubicación exacta no ha sido divulgada, estaría a cargo de la Guardia Costera de Estados Unidos, según indicaron las fuentes. Las personas consultadas no revelaron la identidad de la embarcación ni detalles sobre la tripulación, explicó la agencia Reuters.Esta sería la segunda acción de este tipo en las últimas semanas, tras la incautación de un petrolero sancionado por Washington el pasado 10 de diciembre.Bloqueo a los petroleros sancionadosLa medida ocurre en el contexto de la reciente orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un “bloqueo total y completo” a todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela, como parte de un endurecimiento de las sanciones económicas y del control sobre el tráfico marítimo que Washington considera ilícito.Las responsabilidades operativas recaen principalmente en la Guardia Costera, con apoyo de otras agencias, mientras que tanto el Pentágono como la Casa Blanca remitieron las solicitudes de comentarios oficiales sin ofrecer detalles adicionales.El consultor ambiental y energético, y exgerente de Planificación Financiera de Petróleos de Venezuela, Gilberto Murillo, analizó en una entrevista con Mañanas Blu 10:30 la situación y las repercusiones directas en los ciudadanos venezolanos; además, anunció que el país presentó hiperinflación tras la escasez de divisas petroleras hace aproximadamente 8 años.Analistas y fuentes consultadas por la agencia Reuters habrían señalado en días recientes que el aumento de las operaciones marítimas y de las restricciones sobre buques sancionados podría intensificarse, especialmente tras la primera incautación de este tipo en más de seis años.La acción se produce en un momento de creciente tensión entre Washington y Caracas, donde el gobierno de Venezuela ha denunciado las medidas estadounidenses como parte de una estrategia de presión destinada a afectar sus principales ingresos petroleros.
En Autos y Motos de este sábado, 20 de diciembre de 2025, estos fueron los temas:El Aeropuerto Internacional El Dorado fue reconocido en 2025 como el mejor de Suramérica y líder regional en tráfico, carga y sostenibilidad.Ford anunció el llamado a revisión de más de 270.000 vehículos eléctricos e híbridos en Estados Unidos por una falla en el sistema de estacionamiento.Donald Trump derogó incentivos y metas federales para vehículos eléctricos como parte de su ofensiva contra la transición energética.TransMilenio celebró 25 años de operación consolidándose como uno de los sistemas de transporte masivo más grandes de América Latina.Las autoridades regionales anunciaron cambios en planes de movilidad y restricciones viales en varias ciudades colombianas por la temporada de fin de año.Escuche el programa completo aquí:
Cerca de 14.000 hectáreas de la Serranía de Buriticá quedan bajo protección ambiental. El área abarca ecosistemas andinos y subandinos que cumplen un papel clave en la regulación hídrica de la región, pues allí se concentran al menos 677 nacimientos de agua y decenas de manantiales que abastecen acueductos rurales y comunidades de Buriticá y municipios vecinos.De otro lado, la entidad señaló que la protección de este bloque natural favorece la conexión ecológica entre los parques nacionales Paramillo y Tatamá, facilitando el tránsito de especies como el oso andino, una de las más amenazadas del país. Además, se resguardan bosques conservados, cañones, pendientes escarpadas y paisajes rurales tradicionales.Desde la perspectiva ambiental, la autoridad ambiental explicó que la declaratoria responde a las presiones que ha enfrentado la serranía por actividades como la expansión agropecuaria y la minería. Liliana María Taborda, directora general de Corantioquia."Una nueva área protegida se suma a nuestro Sistema Departamental de Áreas Protegidas. La serranía de Buriticá, un ejercicio que nace desde la mesa ambiental con la participación ciudadana, la participación desde la misma administración municipal, la empresa privada", resaltó. Liliana Taborda, directora de Corantioquia.La entidad indicó que el proceso se construyó con participación comunitaria durante más de dos décadas, con encuentros en distintas veredas de Buriticá y espacios de concertación que permitieron definir las áreas a proteger y las reglas básicas de manejo del territorio."Desde la serranía, nosotros lo que más pensamos es en el agua, vital para la conservación de todas las especies que hay dentro de la serranía, pero lo más importante son las comunidades. Desde la Mesa Ambiental estamos visionando que en 200 años, toda esta población tenga los mismos servicios ecosistémicos que nosotros tenemos, como es el agua, la flora y la fauna", explicó Antonio María Hidalgo, presidente de la Mesa Ambiental de ese municipio.Por lo pronto, se conoció que el siguiente paso será la formulación del plan de manejo, en el que se establecerán las condiciones de uso, conservación y restauración de estas 13.858 hectáreas.
Un total de 280 mil millones de pesos provenientes de la Tasa de Seguridad y Convivencia Ciudadana ya han sido destinados en 2025 por parte de la Gobernación de Antioquia, con el fin de mejorar la dignidad locativa de Soldados y Policías del departamento. Proporcionando inversiones en tecnología que permitan vigorizar el quehacer operativo de la Fuerza Pública acantonada en AntioquiaEntre los elementos entregados a la por parte de la Gobernación a la Séptima División del Ejército Nacional hay 250 cascos balísticos, 440 chalecos antibalas, 500 botas media caña, 500 sobrecarpas y 25 botiquines de primeros auxilios tipo M3 para situaciones de emergencias en terreno y 11 radios Harris con sus respectivos accesorios.Se trata de equipos especializados de uso exclusivo de las fuerzas militares, que tienen comunicación satelital para mayor seguridad y que permiten contar con señal en operaciones en selva o montaña para hacer seguimiento en tiempo real a las unidades que están en operaciones especiales, así lo explicó el Jefe de Estado Mayor y Segundo comandante de la Cuarta Brigada, coronel Rogel Sánchez Ruiz."Un agradecimiento especial, sobre todo, al pueblo antioqueño. El día de hoy, gracias a su decidido aporte dentro de la tasa de seguridad, permite que el Ejército Nacional en este territorio reciba un material de intendencia, un material de comunicaciones que garantizan el despliegue de capacidades y la optimización de capacidades por parte de las tropas", dijo el mando militar.Por su parte, El Gobernador de Antioquia Andrés Julián Rendón también anunció una inversión por 4 mil millones de pesos en 5 sistemas de inhibición de drones para el Ejército Nacional, con el fin de incrementar las capacidades operativas de detección, mitigación y neutralización de amenazas aéreas no tripuladas en el departamento."Para que muchos de los antioqueños y también visitantes que van a ir a las 21 festividades que se van a celebrar en distintos rincones de Antioquia lo puedan hacer de manera segura, para que los retornos puedan transcurrir, no solamente en los viajes de ida, sino los regresos de manera tranquila, sin traumatismos", señaló el mandatario.Además, agradeció a los antioqueños por el pago que han hecho de la Tasa de Seguridad, indicando que la seguridad es un compromiso colectivo y esos recursos abren la puerta para hacer inversiones en tecnología que le permitan a la fuerza pública un mejoramiento continuo.
Un excandidato a la Asamblea de Santander fue condenado en primera instancia a seis años de prisión por el delito de violencia intrafamiliar agravada, tras comprobarse que ejerció de manera reiterada agresiones físicas y psicológicas contra su expareja sentimental en hechos ocurridos entre 2019 y 2020.La decisión fue adoptada por el Juzgado Veintiséis Penal Municipal con funciones de conocimiento de Medellín, que halló responsable a Omar Andrés Romero Joya, ingeniero de petróleos y exaspirante político, de someter a su entonces pareja a un ciclo constante de violencia, intimidaciones y control psicológico.Según el fallo judicial, la víctima, Zoraya María Gómez Riveros, ingeniera civil santandereana, conoció al hoy condenado en 2016 y tres años después iniciaron una relación sentimental. Posteriormente convivieron en Medellín, donde ella residía con sus dos hijos. Con el paso del tiempo, los episodios de maltrato se hicieron recurrentes.La investigación estableció que las agresiones incluyeron golpes, insultos y amenazas, y que uno de los hechos más graves ocurrió en enero de 2020, cuando el hombre intentó estrangular a la mujer hasta hacerla perder el conocimiento, causándole lesiones visibles en el cuello.Pese a este episodio, la víctima continuó la relación ante las promesas de cambio del agresor. Sin embargo, decidió terminar definitivamente luego de que este amenazara a su hija menor de 13 años, lo que la llevó a solicitar una orden de alejamiento e interponer la denuncia penal.Durante el juicio oral, la Fiscalía presentó el testimonio de la víctima y de personas de su entorno familiar y laboral, quienes evidenciaron el deterioro emocional de la mujer y las secuelas físicas de las agresiones. Una amiga cercana declaró haber auxiliado a la víctima tras el ataque más grave.Con base en este material probatorio, el juzgado concluyó que se desvirtuó la presunción de inocencia y, el pasado 18 de diciembre, impuso una condena de 72 meses de prisión. El proceso ahora deberá ser revisado en segunda instancia.
La situación de derechos humanos en la Sierra Nevada de Santa Marta sigue siendo crítica, según Scott Campbell, representante en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. Durante su visita del 1 al 4 de diciembre, Campbell pudo constatar altos riesgos para los pueblos indígenas Arhuaco, Wiwa, Kankuamo, Kogui, Ette Naka y Wayuu, así como para comunidades afrodescendientes y campesinas.La alerta de derechos humanos en la Sierra Nevada de Santa Marta se debe a la expansión de grupos armados como el Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra. Sus operativos incrementan la violencia, el desplazamiento forzado y los riesgos para líderes indígenas, afrodescendientes y campesinos. Estas organizaciones no estatales ejercen control territorial, imponen restricciones a la movilidad y amenazan a quienes defienden derechos humanos, ambientales y colectivos, generando un clima de miedo e inseguridad en toda la región.El representante de la ONU denunció asesinatos recientes y atentados contra defensores de derechos humanos. Entre ellos, la muerte de Elizabeth Mojica, profesora y defensora de mujeres, niñas y niños, el 30 de noviembre, y el atentado contra Misael Socarrás, líder ambiental de la comunidad Wayuu, ocurrido el 12 de diciembre. Campbell instó al Estado a investigar, sancionar a los responsables y reforzar la protección de la población civil.Según la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, en 2025 se han documentado cuatro masacres y ocho homicidios de defensores en municipios de Cesar, La Guajira y Magdalena. “La población sufre y teme por su vida ante la acción de grupos armados no estatales y la falta de protección estatal”, indicó Campbell.El representante advirtió sobre las graves violencias contra mujeres indígenas, incluyendo violencia sexual y de género, y urgió la creación de Casas de la Mujer en Cesar, Magdalena y La Guajira, con recursos suficientes para atender a las víctimas. También enfatizó la necesidad de proteger a la niñez del reclutamiento forzado por grupos armados, recordando que se trata de un crimen de guerra.Campbell destacó la labor del programa Futuro Colombia de la Fiscalía General y recomendó su fortalecimiento y expansión a los tres departamentos de la Sierra Nevada. Asimismo, hizo un llamado a respetar los derechos ambientales y territoriales de las comunidades indígenas y afrodescendientes, y a garantizar la consulta previa, libre e informada.El representante de la ONU reiteró la urgencia de implementar integralmente la Alerta Temprana 020 de la Defensoría del Pueblo, emitida el 2 de diciembre, que identifica factores de riesgo y emite recomendaciones para prevenir violaciones de derechos humanos.Durante su misión, Campbell se reunió con autoridades civiles y militares, líderes ambientales, mujeres indígenas, representantes de consejos comunitarios afrodescendientes y organizaciones de derechos humanos. La misión contó con el acompañamiento de las embajadas de Canadá, Irlanda y Países Bajos.ONU Derechos Humanos reafirma su compromiso de acompañar a las comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta, documentar violaciones, brindar asesoría técnica y exigir al Estado mayores garantías de protección para la vida y los derechos de estas poblaciones.
A esta hora el presidente Gustavo Petro tiene en sus manos la decisión sobre el futuro de la mesa de negociación de paz entre el Gobierno Nacional y el Clan del Golfo, proceso que atraviesa su momento más crítico tras la reciente inclusión de ese grupo armado en la Lista Clinton del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.El jefe de la delegación gubernamental, Álvaro Jiménez, se encuentra a la espera de una comunicación y una reunión directa con el mandatario para definir si las conversaciones continúan o si se abre un nuevo escenario de revisión frente al impacto jurídico y político que tiene esta designación internacional.Las negociaciones entre el Gobierno y el Clan del Golfo —también conocido como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia— se adelantan desde septiembre de 2025 en Doha, Catar, con acompañamiento de representantes internacionales y organismos humanitarios. En el más reciente ciclo, concluido el 5 de diciembre, las partes habían logrado acuerdos preliminares sobre las zonas de ubicación temporal, donde se ubicarían los integrantes de la organización como parte de un eventual proceso de desarme y sometimiento colectivo.Sin embargo, la decisión de Estados Unidos de incluir al Clan del Golfo y a varios de sus líderes en la Lista Clinton, bajo señalamientos de narcotráfico y lavado de activos, ha generado incertidumbre sobre la continuidad del proceso, e incluso podría afectar los alivios jurídicos otorgados a los miembros que actúan como negociadores en el exterior.Actualmente, varios de esos representantes se encuentran en los Emiratos Árabes Unidos, con órdenes de captura suspendidas temporalmente, en virtud del acuerdo humanitario que permitió su participación en los diálogos. Ahora, la Casa de Nariño evalúa los alcances legales y diplomáticos de la medida norteamericana y los efectos que podría tener sobre los compromisos adquiridos en la mesa.La comunidad internacional y los acompañantes del proceso han insistido en la necesidad de mantener abiertos los canales de diálogo, advirtiendo que una ruptura abrupta podría agravar la crisis humanitaria en regiones donde el Clan del Golfo mantiene control territorial.El país está a la expectativa de la decisión que adopte el presidente Petro en las próximas horas, decisión que podría marcar el rumbo del proceso de paz más complejo que enfrenta actualmente su gobierno.
El Consejo Comunitario de las Comunidades Negras Cerro Teta, en el municipio de Buenos Aires, Cauca, emitió una alerta comunitaria denunciando hostigamientos y detonaciones de artefactos explosivos que se registraron desde las 6:00 de la mañana en la cabecera municipal, en inmediaciones de la Estación de Policía, el Banco Agrario, la Casa de Justicia, la Alcaldía Municipal y viviendas cercanas.Los hechos han generado temor, confinamiento y riesgo para decenas de familias del territorio ancestral, quienes se encuentran atrapadas en medio del fuego cruzado.De acuerdo con la comunidad, esta situación constituye una grave violación a los derechos humanos y étnico-territoriales, pues afecta la integridad física y emocional de las familias, limita su libre circulación y amenaza directamente su permanencia en el territorio. “La vida no es posible sin el territorio”, reiteró el Consejo Comunitario en su pronunciamiento.Ante la gravedad de los hechos, la defensora del Pueblo, Iris Marín, expresó su respaldo a la denuncia de la comunidad y anunció que la entidad ya activó las rutas de verificación, prevención y atención humanitaria en la zona, en articulación con las autoridades locales y organismos internacionales de derechos humanos. Marín enfatizó que la Defensoría está “verificando en terreno y exigiendo respeto por la vida, la dignidad y la autonomía de las comunidades afrodescendientes del norte del Cauca”.La institución hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional, las autoridades departamentales y los organismos de seguridad para que adopten medidas inmediatas que garanticen la protección de la población civil y eviten nuevos hechos de violencia.Esta nueva emergencia se suma al creciente clima de inseguridad que enfrentan los territorios étnicos en el suroccidente del país, donde persisten enfrentamientos entre grupos armados ilegales por el control territorial y las economías ilícitas.
Los habitantes del corregimiento de Pachelly, en la zona rural de Tibú, fueron despertados en la madrugada de este martes por el estruendo de las botas y los gritos de victoria de un grupo de disidentes del frente 33 de las Farc. Los hombres armados ingresaron hasta el centro del caserío, exhibiendo su poderío bélico y lanzando arengas alusivas a la antigua guerrilla.En varios videos grabados y difundidos por los mismos insurgentes, se escucha cómo los hombres reportan a su comandante, alias ‘Richard Suárez’, el cumplimiento de una supuesta misión.“Lo logramos, comandante. Lo prometido es deuda, camarada”, se oye decir a uno de ellos mientras recorren las calles del corregimiento. Las imágenes muestran a los disidentes sentados en las escaleras del parque principal, tomando gaseosa y burlándose del ambiente navideño del pueblo.“Vea, camarada, cómo se ve bonito Pachelly ahora, decorado en las navidades”, dice uno de los guerrilleros con tono sarcástico, en lo que parecería ser un mensaje dirigido al jefe de la estructura Jorge Briceño.Durante la incursión, los hombres mantuvieron comunicación radial con otros grupos ubicados en zonas altas del corregimiento. En esos audios se les escucha ordenar a los llamados “dronistas” —encargados de operar drones con explosivos— permanecer en alerta ante cualquier eventualidad.Según denuncias difundidas por redes sociales, un habitante del corregimiento habría sido asesinado durante la toma, presuntamente por ser colaborador del ELN. Pachelly es una de las zonas más disputadas del Catatumbo entre las disidencias del frente 33 de las Farc y el ELN, que se enfrentan por el control territorial y las rentas ilegales.
El primer paro se registró en febrero de 2025 en el Chocó, con confinamientos y desplazamientos masivos. En mayo, el grupo insurgente volvió a imponer restricciones en el mismo departamento, mientras que en julio declaró un nuevo paro armado de 48 horas. El más reciente, de alcance nacional, fue anunciado para diciembre y se extendió durante 72 horas, afectando la movilidad y la economía en varias regiones del país.Estos hechos se dan en un contexto en el que el ELN ha sostenido al menos cinco intentos de negociación con diferentes gobiernos colombianos, sin lograr consolidar un acuerdo de paz. Los primeros contactos se remontan al mandato de Alfonso López Michelsen en los años 70; luego vinieron los diálogos de Caracas y Tlaxcala (1991-1992) con César Gaviria; los acercamientos exploratorios de los años 2000; las mesas formales de Quito y La Habana (2017-2019) bajo Juan Manuel Santos; y el más reciente proceso, impulsado por Gustavo Petro desde 2022, que se suspendió en enero de 2025.Para Carlos Arturo Velandia, exmiembro del ELN y actual gestor de paz, la constante frustración de los procesos responde a la línea política interna del grupo armado, que hoy privilegia la confrontación sobre el diálogo.“El ELN no tiene hoy por hoy una estrategia de paz, sino más bien una estrategia de confrontación frontal. No considera a este gobierno de izquierda como progresista ni como un aliado, sino como cualquier otro gobierno de la historia republicana. Eso explica su actual comportamiento, incluido el llamado paro armado, que termina afectando a la población civil y los derechos de los ciudadanos”, explicó Velandia.El excombatiente recordó que el ELN ha estado involucrado en procesos de diálogo “desde el gobierno de César Gaviria Trujillo” y que incluso con la actual administración mantuvo conversaciones hasta agosto de 2024, antes de levantarse de la mesa en enero de este año.“El Gobierno ha mantenido su voluntad de diálogo, pero hoy no hay tiempo ni voluntad por parte del ELN para reiniciar un proceso. El Estado debe cumplir su deber constitucional de proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos”, concluyó.Con cuatro paros armados solo en 2025 y más de cinco procesos de paz frustrados en su historia, el ELN se mantiene como el último grupo guerrillero de origen político activo en Colombia, aunque cada vez más definido por el control territorial y las rentas ilegales que por su ideario insurgente.
El Gobierno nacional le pidió a la Fiscalía información sobre el estado de 400 bienes que fueron entregados por los paramilitares para procesos de reparación y, en este momento, no aparecen en el inventario del Fondo para la Reparación de la Unidad para las Víctimas.“Nos reunimos con la señora fiscal para solicitarle apoyo con los fiscales a cargo, para que a través de ellos, se le pida a las salas de Justicia y Paz, que den celeridad al trámite de extinción de dominio de los bienes que faltan, ya que surtiendo este paso, desde la Unidad podemos monetizarlos para reparar a las víctimas incluidas en las sentencias”, afirmó la directora de la Unidad para las Víctimas, Lilia Solano.Además desde el Gobierno le pidieron a la Fiscalía investigar si en gobiernos anteriores se pudieron haber presentado casos de corrupción con algunos de los bienes que entregaron en su momento las Autodefensas.“411 bienes entregados por 10 exparamilitares, designados como gestores de paz por el presidente de la República, no se encuentran en el inventario de bienes del Fondo para la Reparación de las Víctimas”, señalan desde la Unidad de Víctimas.Por otro lado, Solano aseguró que también hay bienes que se entregaron en el año 2011 y todavía no se ha realizado el proceso de extinción de dominio.“El Fondo para la Reparación de la Unidad para las Víctimas ha recibido de la Fiscalía General de la Nación 3.398 bienes y de estos solo 580 cuentan con extinción de dominio”, señalan desde el Gobierno nacional.
La guerrilla del ELN informó este domingo que realizará un cese al fuego unilateral en toda Colombia en las fiestas navideñas, "como gesto de paz con el pueblo colombiano".Se trata de un gesto ya tradicional en esa guerrilla en estas fechas y que iniciará a las 00:00 horas del 23 de diciembre y terminará a las 00:00 horas del 3 enero de 2025."En tal sentido, la Dirección Nacional del ELN orienta a todas sus estructuras no realizar operaciones militares ofensivas contra las Fuerzas Armadas del Estado", apuntó la guerrilla en un comunicado publicado este domingo.En diálogo con Mañanas Blu, el senador Iván Cepeda abordó el cese al fuego unilateral anunciado por el ELN y su significado en el contexto de las negociaciones de paz con el gobierno del presidente Gustavo Petro al que consideró positivo en la dirección de avanzar hacia la paz. El senador Cepeda destacó que esta señal unilateral del ELN es un gesto que puede ser interpretado como un augurio de avances importantes en el proceso de paz. "Creemos que es una buena señal y puede ser el augurio de avances importantes en el 2025", afirmó Cepeda. No obstante, también mencionó los eventos violentos que ocurrieron antes del inicio del cese, como el ataque que dejó a varios militares heridos y un soldado muerto, lo que plantea interrogantes sobre la verdadera voluntad del ELN para lograr la paz. A pesar de la importancia del cese al fuego, Cepeda reconoció que la confianza en el ELN se ve afectada por hechos violentos continuos y secuestros que han lastimado a las poblaciones civiles. "Los hechos ocurren y evidentemente lesionan la confianza en la posibilidad de la paz, sobre todo cuando afectan gravemente a poblaciones enteras", explicó. Es un tema delicado que requiere atención para avanzar de manera efectiva en las negociaciones. El senador Cepeda mencionó que, durante el cese al fuego del año pasado, hubo un alto nivel de respeto y cumplimiento por parte del ELN. Sin embargo, también se presentaron incidentes que aún están por esclarecer. A lo largo del 2023, se han contabilizado cerca de 60 muertes de miembros del ELN y de las fuerzas públicas. Cepeda aseguró que, a pesar de los desafíos, hay posibilidad de avanzar en los diálogos y se esperan resultados que permitan mostrar avances concretos al pueblo colombiano. "Hemos firmado veintiocho acuerdos, y algunos de ellos han tenido efectos verificables", afirmó. Esto indica que, aunque los resultados puedan ser limitados, las bases del proceso de paz se están construyendo. Escuche aquí la entrevista:
El ELN ha anunciado un cese al fuego unilateral con motivo de las "festividades de Navidad y Fin de Año", que iniciará a las 00:00 horas del 23 de diciembre de 2024 y concluirá a las 00:00 horas del 3 de enero de 2025. La decisión fue comunicada a través de la cuenta oficial de la delegación de diálogos del grupo armado, en la que se destacó que este gesto "busca promover la paz con el pueblo colombiano".A través del comunicado, la Dirección Nacional del ELN indicó que durante este periodo, todas sus estructuras deben abstenerse de realizar operaciones ofensivas contra las Fuerzas Armadas del Estado.En su comunicado, el ELN destacó que esta decisión responde a un "gesto de paz" hacia los ciudadanos y al deseo de generar un ambiente más tranquilo y menos violento en el país durante estas fechas.El presidente Gustavo Petro se pronunció frente a este comunicado del grupo guerrillero y aseguró, a través de su cuenta de X, que "El fin de la guerra, es el propósito nacional para el 2025".Hay que mencionar que en ocasiones anteriores, el ELN realizó anuncios similares en fechas significativas, aunque la implementación y el cumplimiento de los ceses al fuego han sido objeto de controversia y, en algunos casos, de violaciones por parte del grupo guerrillero.Este anuncio se produce en un contexto complejo para la paz en Colombia, donde los esfuerzos del gobierno por negociar con distintos grupos armados ilegales han tenido altibajos. A pesar de la "disposición" declarada por el ELN, las autoridades siguen vigilando de cerca el cumplimiento de los acuerdos, y el gobierno ha reiterado su compromiso con la búsqueda de soluciones a través del diálogo y la negociación.Pronunciamientos ante el cese al fuego unilateral del ELNPor su parte, el senador Iván Cepeda, miembro de la mesa de diálogos con el ELN, también se refirió a la decisión del ELN y destacó la intención de esta guerrilla en la paz total."Es un signo alentador, una buena señal esta tregua de carácter unilateral que hace el Ejército de Liberación Nacional. Esperamos también que sea la señal que en el año 2025 avanzaremos de manera decidida en reanudar los trabajos de la mesa de diálogos y también desarrollar los puntos de nuestra agenda para llegar a la paz que tanto anhela el país y el pueblo colombiano", señaló el congresista.
La solicitud de Miguel Rodríguez Orejuela, exjefe del Cartel de Cali, de ser considerado como "gestor de paz" en el marco del proyecto de paz total promovido por el presidente Gustavo Petro, ha generado una serie de reacciones y controversias en la política colombiana. La más reciente proviene del expresidente Andrés Pastrana, quien ha calificado de "delitos de lesa humanidad" las acciones del exnarcotraficante, particularmente su participación en el secuestro que sufrió en 1988.Este viernes, 20 de diciembre, Rodríguez Orejuela envió una carta al presidente Petro en la que se ofreció como facilitador en el proceso de paz con las organizaciones criminales, en un intento por contribuir a la desmovilización y reintegración de actores armados ilegales en Colombia. Su petición está enmarcada en el concepto de "paz total", una de las principales propuestas de la administración de Petro."Mi secuestrador Pablo Escobar me reveló, estando yo en cautiverio, que Los Extraditables, de los que los Rodríguez Orejuela hacían parte, eran los autores de mi secuestro. Imprescriptible delito de lesa humanidad, fue el primer secuestro político del narcotráfico en Colombia", dijo Pastrana a través de sus redes sociales.La reacción de Pastrana no se hizo esperar. En un pronunciamiento, el expresidente aseguró que Miguel Rodríguez Orejuela y su hermano, Gilberto, quienes fueron grandes capos del Cartel de Cali, son responsables de numerosos crímenes, incluyendo el secuestro que él mismo sufrió en 1988. Según Pastrana, durante su cautiverio, Pablo Escobar, le reveló que Rodríguez Orejuela formaba parte de la red de narcotraficantes y paramilitares que lo habían secuestrado, un hecho que calificó como una grave violación de los derechos humanos.Dicho secuestro, según Pastrana, ocurrido en el contexto de campaña, es uno de los episodios más oscuros de la historia reciente de Colombia. Pastrana fue capturado el 19 de agosto de 1988 por miembros del cartel de Cali, en pleno apogeo de la lucha entre los grandes narcotraficantes del país. En su relato, el expresidente sostiene que, tras ser liberado, quedó claro que la alianza entre los carteles.
Más de 3.000 personas permanecen confinadas en el sur del país, mientras se reportan ataques, bloqueos y amenazas en 12 departamentos. La Defensoría alertó sobre graves afectaciones a los derechos humanos y pidió a los grupos armados cesar las acciones que ponen en riesgo a la población civil.Desde el 9 de diciembre, los grupos armados ilegales han ejecutado una serie de acciones coordinadas en distintas regiones del país, afectando la movilidad, el transporte, la economía local y la seguridad de miles de colombianos.El paro decretado por las disidencias de Iván Mordisco continúa afectando los municipios de Puerto Guzmán y Puerto Leguízamo, en Putumayo, donde las comunidades de La Tagua, El Mecaya, Yurilla, Sencella, Umancia y Guaquira permanecen confinadas. Según los reportes de la Defensoría, unas 3.000 personas están bajo restricciones de movimiento. En Caquetá y Amazonas, los bloqueos en los ríos Caquetá, Caguán y Orteguaza mantienen aisladas comunidades indígenas del Consejo Regional del Medio Amazonas (CRIMA).El ELN, por su parte, ha ejecutado acciones armadas en al menos 12 departamentos. En Antioquia, se registraron explosiones, la incineración de un bus y cierres viales en municipios como Valdivia y Salgar. En Arauca, un ataque con tatucos bomba al Batallón de Puerto Jordán dejó daños materiales y obligó a suspender el transporte público.En el Cauca, las autoridades confirmaron cinco acciones violentas, entre ellas la instalación de cilindros explosivos en la vía Panamericana y el despliegue de banderas y grafitis del grupo armado. En Cesar, se reportó la quema de maquinaria amarilla en una zona de reincorporación, y en Chocó, el transporte fluvial y terrestre fue suspendido totalmente.La Guajira, el Magdalena Medio, Nariño y Norte de Santander también han registrado ataques, cierres viales y amenazas a transportadores. En La Lizama (Santander), un ataque con explosivos al peaje dejó una funcionaria herida.La Defensoría del Pueblo reiteró que estos llamados “paros armados” constituyen una grave vulneración de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario, al imponer restricciones ilegales a la población civil. El organismo pidió al ELN y a las disidencias de Iván Mordisco abstenerse de continuar con estas acciones y solicitó a las autoridades reforzar la protección en los territorios más afectados.Los “paros armados” del ELN y las disidencias dejan a miles de familias en riesgo y reflejan la persistencia del conflicto en regiones históricamente golpeadas por la violencia. La Defensoría del Pueblo insiste en que la paz no puede construirse desde el miedo ni la intimidación, sino con garantías de vida, libertad y dignidad para la población civil.
El pasado 12 de diciembre, el ELN anunció un paro armado de 72 horas que inició el 14 de diciembre y se extenderá hasta el 17 del mismo mes a las 6:00 a. m., afectando gran parte del territorio nacional. Esta medida, definida por la guerrilla como una protesta contra lo que califica de “plan contrainsurgente” y agresión norteamericana, obliga a la población a restringir su movilidad, suspender actividades comerciales y desalentar el transporte entre regiones.El llamado al paro armado ha generado alarma en distintas zonas del país, incluidas ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Cúcuta, donde el Frente de Guerra Urbano del ELN emitió advertencias a la ciudadanía y a empresas de transporte para que acaten la orden de cese de actividades.El efecto de este tipo de acciones ha sido ampliamente criticado por la Defensoría del Pueblo, que advierte que los paros armados pueden agravar la limitación de acceso a servicios esenciales, provocar desabastecimiento y profundizar escenarios de violencia y confinamiento forzado para las comunidades civiles.El Gobierno Nacional ha respondido con un despliegue de seguridad reforzado en puntos críticos, mientras las autoridades llaman a la población a no ceder ante la intimidación y a mantener su vida cotidiana dentro de lo posible.Este anuncio se da en un contexto de escalada de la violencia en varias regiones de Colombia durante 2025. Por ejemplo, en la región del Catatumbo, al noreste del país, se han registrado combates entre el ELN y disidencias de las Farc-EP desde enero, que han generado desplazamientos masivos, secuestros y decenas de víctimas mortales.Además, hace pocas semanas se presentaron ataques simultáneos en distintos municipios durante las festividades, con explosivos y acciones que dejaron heridos y muertos, en un contexto en el que distintos grupos armados buscan controlar territorios y economías ilegales.El presidente de Colombia también ha rechazado el paro armado, haciendo un llamado a la calma y exhortando a los ciudadanos a celebrar la temporada navideña sin miedo ante las amenazas de la guerrilla.La Delegación del Gobierno, en el comunicado difundido este lunes, enfatiza que este tipo de medidas no contribuyen al diálogo ni a la tranquilidad de la población, e insiste en la necesidad de gestos de desescalada, como la liberación de personas retenidas por la organización armada, para recuperar la confianza en las conversaciones de paz.
La Defensoría del Pueblo de Colombia rechazó este miércoles el "paro armado" de 22 días en los departamentos del Caquetá (sur) y Putumayo, fronterizo con Perú y Ecuador, decretado por un frente del Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las FARC.En los paros armados, este grupo armado ilegal suele restringir el desplazamiento de vehículos por carreteras y ríos; la movilidad de las personas, e incluso ordena el cierre de comercios, además de cometer agresiones y amenazar a todo aquel que no cumpla estas restricciones."Estas amenazas afectan derechos fundamentales, profundizan el miedo en las comunidades e infringen gravemente el Derecho Internacional Humanitario. Nada justifica someter a la población civil con intimidaciones o presiones", dijo la Defensoría del Pueblo en su cuenta de X.Según ese organismo, el "paro armado" lo ordenó el frente Carolina Ramírez en los departamentos de Caquetá y Putumayo entre el 9 y el 30 de diciembre.Ante la situación, la Defensoría dijo que activó sus sistemas de alerta para acompañar a las comunidades y verificar posibles afectaciones.Igualmente instó a las autoridades a garantizar la seguridad y movilidad, con especial atención a niños, niñas, adolescentes, personas mayores y comunidades étnicas."La ciudadanía no puede ser rehén de grupos armados. La dignidad y la vida están por encima de cualquier pretensión de control territorial", concluyó la Defensoría.Control territorialHace una semana Human Rights Watch (HRW) alertó que los grupos armados que operan en el departamento colombiano del Putumayo, fronterizo con Perú y Ecuador, están utilizando las negociaciones de paz con el Gobierno para reforzar su control sobre la población civil y han cometido graves abusos contra comunidades indígenas.Pese a que algunas mesas de diálogo han llegado a acuerdos para destruir armas y sustituir los cultivos de coca, varias disidencias de las extintas FARC, como Comandos de la Frontera y los frentes Raúl Reyes y Carolina Ramírez, siguen estableciendo control territorial y cometiendo abusos contra los habitantes de la zona.Putumayo es un lugar estratégico para la producción y el tráfico de drogas y es el departamento que tiene la segunda mayor producción de coca, solo superado por el departamento vecino de Nariño.Actualmente, dos de los tres grupos armados presentes en Putumayo están en negociaciones de paz con el Gobierno. Por un lado, los Comandos de la Frontera, parte de una coalición conocida como Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), que opera a lo largo de la frontera con Ecuador.Por otro lado, el Frente Raúl Reyes, que forma parte del Estado Mayor de Bloques y Frentes (EMBF) y tiene fuerte presencia en el norte de Putumayo, en la frontera con los departamentos de Caquetá y Cauca.Mientras tanto, el Frente Carolina Ramírez, que opera al oriente de Putumayo, estuvo en diálogos de paz con el Gobierno entre noviembre de 2023 y abril de 2024, pero actualmente no forma parte de las negociaciones.
En el Día Internacional de los Derechos Humanos, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos reveló que 128 niños, niñas y adolescentes fueron reclutados por grupos armados en Colombia entre enero y noviembre de 2025. Entre las víctimas, 44 eran indígenas y 7 afrodescendientes, una muestra del impacto que esta práctica tiene sobre comunidades rurales históricamente olvidadas.Los principales responsables son las disidencias de las Farc, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las estructuras del Clan del Golfo, que se han expandido territorialmente en departamentos como Meta, Guaviare, Arauca, Cauca, Nariño y el Bajo Cauca antioqueño.Según el informe, estas organizaciones utilizan violencia, amenazas y engaños para captar menores: promesas de dinero, pertenencia o poder, y hasta reclutamiento a través de redes sociales.La ONU advirtió que el fenómeno no solo rompe infancias, sino también destruye el tejido social de pueblos indígenas y afrodescendientes sometidos a control armado. En muchas regiones, los ilegales imponen normas, castigan a la población y reemplazan al Estado, consolidando un dominio que mezcla narcotráfico, extorsión y reclutamiento.El organismo alertó que la expansión de estos grupos refleja la ausencia estatal y el fracaso de las políticas de seguridad. Además, recordó que el reclutamiento de menores es un crimen de guerra que no prescribe y exige una respuesta urgente del Estado colombiano para proteger a la niñez y garantizar justicia.
De acuerdo con la investigación de la JEP, Benito Osorio Villadiego, gerente del Fondo Ganadero de Córdoba durante el periodo analizado, fue quien ejecutó las decisiones de la junta directiva orientadas a transformar el propósito del Fondo: de una entidad de fomento ganadero a un mecanismo de adquisición y control territorial.La junta, integrada por Osorio, Benito Molina Velarde, Luis Gonzalo Gallo Restrepo y Jaime García Exbrayat, aprobó un plan para comprar masivamente predios rurales a precios irrisorios, muy por debajo del valor comercial, bajo el argumento de que se trataba de tierras “baratas” y “sin desarrollo productivo”.En ese proceso, Benito Osorio presentó ante la junta a Sor Teresa Gómez, representante de la familia Castaño Gil, como delegada para coordinar la estrategia de compra de tierras. Gómez —vinculada directamente con el paramilitarismo— se convirtió en la pieza clave que conectó al Fondo con los grupos armados ilegales que desalojaron violentamente a comunidades en Urabá y el Bajo Cauca.La investigación judicial reveló que los directivos del Fondo modificaron la razón social de la entidad, pasando de su función de apoyo a los ganaderos a operar como una empresa de expansión territorial que aprovechaba los desplazamientos masivos provocados por la guerra.El encargado de negociar los predios fue Carmelo Esquivia Guzmán, asesor jurídico del Fondo, quien coordinó la legalización y titulación de terrenos —muchos de ellos baldíos o sin registro formal— a nombre de la entidad. Para ello contó con el apoyo de notarios y funcionarios locales, algunos posteriormente condenados por su participación en estos hechos.Según la JEP, los exdirectivos diseñaron un modelo de negocio basado en la violencia, que se sustentó en el terror generado por masacres, asesinatos y desplazamientos ocurridos desde comienzos de los años noventa. Entre 1996 y 1998, una vez consolidado el control paramilitar en la zona, comenzaron las compras sistemáticas de tierras en la región conocida como Tulapas, que abarca municipios como Turbo, Necoclí y San Pedro de Urabá.En total, la justicia ordinaria ha identificado al menos 105 predios adquiridos irregularmente por el Fondo Ganadero, aunque las medidas cautelares de la JEP y los registros de la Unidad de Restitución de Tierras indican que el número podría ser mucho mayor.El proceso de apropiación de tierras cambió el paisaje y la estructura social de la región, reemplazando comunidades campesinas por proyectos ganaderos y agroindustriales. Lo que antes era una zona boscosa y de protección ambiental se transformó en extensos hatos y potreros controlados por actores vinculados al Fondo.La JEP concluyó que la actuación de estos directivos no fue accidental ni aislada, sino parte de una asociación criminal que se valió del desplazamiento forzado y del dominio paramilitar para legalizar el despojo y obtener beneficios económicos. Este caso, dentro del Caso 04, ilustra cómo sectores empresariales y civiles fueron determinantes en la consolidación de un modelo de violencia y despojo en el país.
En el departamento del Guaviare se mantiene un bloqueo sobre la vía que comunica con el Meta, protagonizado por cerca de 400 personas, entre ellas campesinos e integrantes de comunidades indígenas Nukak. Aunque el hecho se ha presentado como una protesta social, informes de inteligencia señalan que detrás de la movilización estarían estructuras armadas ilegales asociadas a las disidencias de las Farc bajo el mando de alias 'Iván Mordisco', que estarían presionando a la población civil para mantener el cierre de la vía.Según las autoridades, el objetivo de los grupos armados sería obligar al retiro de una base militar ubicada en el cerro Macusito, entre los municipios de El Retorno y San José del Guaviare, una posición estratégica que interfiere con los corredores utilizados para el narcotráfico, la extorsión y el tráfico de armas.Habitantes de la zona han denunciado amenazas, panfletos intimidatorios y disparos cerca de viviendas, así como la presencia de hombres armados que obligan a las familias a participar en el bloqueo. En algunos casos, los grupos han exigido que varios miembros por hogar estén presentes en la protesta.La vía permanece parcialmente bloqueada, afectando el transporte de personas, alimentos y mercancías hacia el interior del país. Mientras tanto, las autoridades investigan la participación de estructuras criminales detrás del bloqueo y analizan medidas judiciales para restablecer la movilidad y la seguridad en la región.