Colombia cierra el año 2025 en medio de una de las arremetidas violentas más graves de los últimos tiempos. El paro armado de 72 horas decretado por el ELN dejó cerca de 100 acciones armadas en al menos nueve departamentos, con un saldo de por lo menos 12 personas asesinadas, decenas de heridos, vías bloqueadas, vehículos incinerados y ataques con explosivos contra la fuerza pública. El hecho más grave ocurrió en zona rural de Aguachica, Cesar, donde un ataque con drones cargados de explosivos contra un batallón militar dejó siete soldados muertos y 28 heridos.En este contexto, María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), analizó en entrevista en El Radar con Ricardo Ospina el significado político y estratégico de esta ofensiva armada, no solo del ELN, sino también de las disidencias lideradas por alias Iván Mordisco. Para la experta, la violencia no es un fenómeno aislado ni coyuntural, sino que está directamente relacionada con el calendario electoral que se avecina.“Tengo la lectura de que sí están preparándose para lo que viene en el proceso electoral, para tener un espacio en el debate público, hacerse notar”, afirmó Llorente, al señalar que estos grupos buscan incidir en la agenda política y forzar definiciones sobre su tratamiento en el próximo gobierno. Según explicó, se trata de una dinámica repetida en Colombia cada cuatro años, pero que hoy se agrava por la expansión territorial y el fortalecimiento económico de las organizaciones armadas ilegales.La directora de la FIP también se refirió a la política de “paz total” del Gobierno del presidente Gustavo Petro, cuya apuesta central ha sido mantener abiertas múltiples mesas de negociación, incluso aquellas que no han mostrado resultados concretos. “Teníamos nueve mesas de negociación, ninguna se ha desmontado, en ninguna hemos tenido ningún resultado, pero ninguna se ha desmontado”, advirtió, al tiempo que cuestionó la ausencia de una estrategia clara de seguridad que acompañe estos diálogos.Para Llorente, el Ejecutivo busca dejar “hechos irreversibles” que condicionen al próximo Gobierno. “Aquí seguimos con esta política… y vamos a seguir insistiendo en ello y generando hechos que le hagan muy difícil al siguiente Gobierno desmontar” los procesos en curso, explicó, refiriéndose a iniciativas como las zonas de ubicación territorial con distintos grupos armados.Sin embargo, el balance en seguridad es preocupante. La analista recordó que la falta de una estrategia integral ha derivado en la fragmentación y multiplicación de estructuras criminales. Como ejemplo, citó el crecimiento del Clan del Golfo: “Se han incrementado en un 85 % con respecto a lo que había cuando se desmovilizaron las Farc”.De cara al próximo Gobierno, Llorente fue enfática en la necesidad de un cambio de enfoque. “Es absolutamente indispensable establecer una hoja de ruta de seguridad en los territorios”, señaló, insistiendo en recuperar la iniciativa del Estado, proteger a la población civil y contener el avance de los grupos armados. Aunque defendió la negociación como herramienta, advirtió que sin seguridad territorial y sin incentivos claros, cualquier proceso está condenado al fracaso.El cierre de año deja así un panorama complejo: más violencia, negociaciones fragmentadas y una campaña electoral que ya empieza a sentirse en los fusiles. Para expertos como Llorente, el reto del 2026 será enorme: construir una política de seguridad y paz que no repita los errores del presente y devuelva la tranquilidad a los territorios más golpeados del país.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) condenó al coronel en retiro Publio Hernán Mejía a 20 años de prisión por su responsabilidad en 72 casos de falsos positivos ocurridos entre 2002 y 2003, cuando comandaba el Batallón La Popa en Valledupar. Se trata de la primera sentencia con pena de cárcel impuesta por la JEP contra un militar retirado por ejecuciones extrajudiciales, una decisión que marca un precedente en el proceso de justicia transicional.En entrevista exclusiva con Blu Radio, Mejía rechazó de manera categórica la condena de la JEP y negó haber dado órdenes ilegales durante su carrera militar. "Nunca voy a aceptar que actúe de manera irresponsable o ilegal y nunca a cambio de una libertad deshonrosa voy a aceptar lo que no hice. Hasta el último suspiro de mi vida lucharé por la verdad, por mi limpieza como soldado, porque allá se hicieron más de 600 operaciones, todas ordenadas dentro de la legalidad. Jamás emití una orden legal y jamás voy a aceptar lo que no hice, cuésteme lo que me cueste", aseveró Mejía.La sentencia de la JEP señala supuestas alianzas entre miembros del Batallón La Popa y estructuras paramilitares para presentar civiles como bajas en combate. Frente a ello, Mejía negó cualquier vínculo con grupos armados ilegales y aseguró que nunca tuvo acuerdos con paramilitares. Incluso afirmó que en el proceso existen pruebas de planes para asesinarlo por parte de esos mismos grupos, lo que, en su criterio, desvirtúa la tesis de una supuesta alianza."Jamás. Con ningún elemento armado al margen de la ley, con ningún delincuente", afirmó.El coronel retirado también cuestionó los testimonios de militares que estuvieron bajo su mando y que reconocieron su participación en los hechos ante la JEP. Según Mejía, esas declaraciones contradicen versiones entregadas previamente ante otras instancias judiciales y habrían sido acordadas para obtener beneficios. "Una libertad deshonrosa a cambio de beneficios no es digna de un soldado. Yo combatí el terrorismo durante muchos años", añadió.Tras conocer la decisión de la JEP, Mejía anunció que apelará la sentencia. Manifestó una profunda desilusión con la justicia transicional, a la que acusó de “faltarle a la verdad” y de buscar un caso emblemático para presionar reconocimientos de responsabilidad. Acompañado por su equipo jurídico, aseguró que agotará todas las vías legales disponibles con la esperanza de que, en una segunda instancia, “brille la verdad” sobre su actuación como comandante del Batallón La Popa.
Aunque Colombia avanza en sus esfuerzos de construcción de paz, la violencia armada sigue afectando de forma grave a las comunidades rurales, étnicas y campesinas. Así lo advierte el Informe Periódico 39 de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP/OEA), presentado ante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que analiza la situación del país entre enero y junio de 2025.Durante ese semestre, la Misión realizó 977 despliegues en 161 municipios y 295 comunidades, donde constató crisis humanitarias en regiones como Guaviare, Catatumbo y sur de Bolívar, marcadas por desplazamientos masivos, confinamientos y afectaciones a la salud mental de la población civil. En el informe se advierte, además, que el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes persiste, mientras grupos armados emplean drones, explosivos y ataques indiscriminados, especialmente en zonas con baja presencia estatal.El jefe de la MAPP/OEA, Roberto Menéndez, subrayó que estas dinámicas profundizan la polarización social y la desconfianza institucional, y llamó al Estado colombiano a fortalecer sus capacidades institucionales para garantizar la paz y la seguridad de las comunidades. “Proteger a la población civil no es una medida de contingencia, sino una obligación ética y política de todos los Estados del hemisferio”, enfatizó.El informe también alerta sobre la violencia contra liderazgos sociales y políticos, en especial tras el asesinato del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, y exhorta a las autoridades a garantizar unas elecciones libres de violencia y de participación segura. La Misión recordó que un proceso electoral transparente y pacífico es una condición esencial para consolidar la paz en Colombia.En cuanto a los avances, el documento resalta el impulso a los diálogos de paz con grupos armados urbanos y rurales, la implementación del Acuerdo Final de 2016, la búsqueda de desaparecidos, la reparación integral a las víctimas y la puesta en marcha del programa RenHacemos, orientado a sustituir cultivos de coca por proyectos productivos. Asimismo, reconoce la aprobación de la Ley 2453 de 2025, que busca prevenir la violencia política contra las mujeres.De cara a 2026, la MAPP/OEA invita a preservar los logros alcanzados y revisar con espíritu crítico los retos pendientes, reforzando la acción institucional para transformar las condiciones que perpetúan la violencia.El trabajo de la Misión cuenta con el apoyo político y financiero de países como Alemania, Canadá, España, Italia, Noruega, Suiza, Reino Unido y Suecia, entre otros, que integran el Fondo Canasta.
La magistrada Catalina Díaz, de la Sala de Reconocimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), informó que el general Huertas será llamado nuevamente a dar versión voluntaria en el marco de la investigación por presuntas ejecuciones extrajudiciales. En una audiencia anterior en Granada, varios militares bajo su mando afirmaron que Huertas conocía e incluso habría dado instrucciones relacionadas con estos hechos.La JEP explicó que esta convocatoria es obligatoria, ya que su jurisdicción es competente para juzgar crímenes cometidos en el marco del conflicto armado, tanto por antiguos miembros del Ejército como de la extinta guerrilla de las Farc. No se requiere ningún acto adicional de suscripción para investigar a Huertas, quien permanece vinculado al proceso.El nombre del general también ha surgido en investigaciones por presuntos vínculos con disidencias de las Farc, específicamente con la estructura de alias Calarcá, según comunicaciones y documentos recopilados por las autoridades. La nueva citación busca esclarecer su responsabilidad en los falsos positivos ocurridos durante su periodo como oficial de operaciones del Batallón de Artillería N.° 4 Jorge Eduardo Sánchez.La fecha exacta para la nueva versión voluntaria aún está en evaluación, y la JEP insiste en que todos los involucrados en crímenes del conflicto deben someterse a esta justicia para garantizar verdad, justicia y reparación a las víctimas.
Tras varias semanas de tensa calma en el municipio de Anorí, nuevamente retornó el temor en poblaciones rurales de esta localidad del Nordeste de Antioquia por cuenta de la persistencia de acciones violentas de grupos armados.Y es que a través de su cuenta en X en las últimas horas el gobernador Andrés Julián Rendón denunció una nueva incursión de hombres del Clan del Golfo en el corregimiento de Liberia - El Charcón intimidando a la población civil.Se trata de una zona de interés estratégico por su comunicación con otras subregiones como el Norte y el Bajo Cauca, por lo que en los últimos meses el Clan del Golfo habría tomado la decisión de disputarla con otros grupos que históricamente han estado asentados en el territorio como el ELN y las disidencias de las Farc. En varias oportunidades el alcalde de Anorí, Gustavo Silva, ha expresado esta inquietud."Pues uno aquí vive con la tensión en esa zona por el avance de las autodefensas. Entonces eso crea conflicto porque allí también está asentado el Ejército de Liberación Nacional y están las disidencias. Entonces todo eso crea un clima muy conflictivo para esa zona", declaró el mandatario local.Tras la reciente acción armada del Clan del Golfo, en la que incluso habrían retenido a habitantes del corregimiento, el gobernador Rendón exigió la presencia inmediata y constante por parte de la fuerza pública ante problemáticas como desplazamiento forzado que no son son nuevas."Muchos de ellos quedaron incluso con la única alternativa de quedarse viviendo en la cabecera municipal de Anorí. El Ejército nunca llegó de manera determinante, como lo pedimos, no solo en ese momento, sino a través de innumerables oficios al Ministerio de Defensa", dijo.Tropas del Ejército Nacional adelantan acciones para lograr llegar al lugar donde se está registrando la situación, sin embargo, protocolos de seguridad, especialmente por la posible presencia de artefactos explosivos en caminos, dificulta la movilidad de los soldados.
En redes sociales es cada vez más común que se viralicen videos de extranjeros opinando sobre distintos aspectos de Colombia, desde la gastronomía hasta la cultura y los viajes. En esta ocasión, la protagonista fue una creadora de contenido francesa que generó controversia tras referirse al sabor y la calidad de los aguacates colombianos que se comercializan en Europa.Se trata de Victoria Fenart, una influencer francesa casada con un colombiano, quien se ha hecho conocida por compartir experiencias sobre la vida, la comida y las costumbres del país. En uno de sus recientes videos, Fenart habló del aguacate que se exporta desde Colombia hacia Francia y aseguró que el producto que llega al mercado europeo es muy diferente al que se consume directamente en territorio colombiano, tanto en sabor como en textura.“Colombia, te amo mucho, pero deja de mandar tus aguacates a Francia, por favor. Los ‘made in Colombia’ viajaron muchísimo, están duros como una piedra y tienen un sabor horrible”, expresó la joven en la grabación. Según explicó, el principal problema es que el fruto no alcanza un punto de maduración adecuado tras el largo proceso de transporte, lo que afecta considerablemente su calidad final.La creadora de contenido también afirmó que la diferencia es evidente frente al aguacate fresco que probó durante su estadía en Colombia y aprovechó para resaltar lo que, desde su perspectiva, es una de las grandes ventajas del país: la posibilidad de acceder a alimentos más naturales y frescos. “Colombianos, estén felices con sus aguacates, su naturaleza, sus frutas y sus verduras caseritas y nacidas en el país, porque aquí es durísimo comer saludable”, añadió.Algunos usuarios coincidieron con su opinión sobre las dificultades de conseguir productos frescos en Europa, otros defendieron la calidad del aguacate colombiano y señalaron que el problema radica en la maduración. Comentarios como “déjelos madurar y estarán deliciosos”, “el aguacate Hass es colombiano” o “envuélvalo en periódico y déjelo uno o dos días” se multiplicaron en la publicación, que ya supera las 129.000 reproducciones.
Son 30 los vallecaucanos lesionados con pólvora en el Valle del Cauca, 12 de ellos menores de edad. Es por este motivo que desde el Gobierno departamental se reitera el llamado para que los ciudadanos eviten el uso inadecuado de estos artefactos que afectan la integridad física de las personas.“La recomendación sigue siendo: no use pólvora, si van a quemar pólvora, que lo hagan los expertos. Recuerde que la pólvora afecta la vida de las personas en condiciones de vulnerabilidad, especialmente los niños, adultos mayores, aquellas personas que tienen problema de enfermedad mental, las personas en condición de discapacidad, la fauna y la flora”, detalló María Cristina Lesmes, secretaria de Salud del Valle.Buga, Buenaventura, Tuluá y Florida, son los municipios que mayor número de casos registran a la fecha. “Este año seamos generosos y tengamos una fiesta tranquila. Vivamos nuestro 24 de diciembre lleno de ilusión y de esperanza, en familia y sin pólvora”, agregó Lesmes.Las quemaduras en miembros superiores, seguidas por lesiones en cara, cuello, cabeza y miembros inferiores, son las más frecuentes en este tipo de consultas.
El Extraordinario Banderita Navideño es uno de los sorteos especiales más esperados de fin de año en Colombia. En esta edición, organizada por la Lotería de la Cruz Roja y la Lotería del Risaralda, se pone en juego un atractivo premio mayor de $15.000 millones de pesos, correspondiente al sorteo número 003, que se realiza el sábado 20 de diciembre de 2025.Este sorteo no solo destaca por su alto premio principal, sino también por la amplia variedad de premios secos y aproximaciones, que en conjunto superan los $36.278 millones de pesos en premios.Número ganador del sorteo de Navidad de las Loterías de Risaralda y Cruz Roja este sábado 20 de diciembre de 2025El número ganador del sorteo “Banderita”, de Navidad, organizado por las Loterías de Risaralda y Cruz Roja este sábado 20 de diciembre de 2025, dejó como ganador al: 0521 de la serie 166.Secos del sorteo de Navidad de las Loterías de Risaralda y Cruz RojaLos secos del sorteo “Banderita”, de Navidad, organizado por las Loterías de Risaralda y Cruz Roja este sábado 20 de diciembre de 2025, son:Seco de 500 MillonesNumero 9179 Serie 279Secos de 200 MillonesNumero 6303 Serie 212Numero 3712 Serie 187Secos de 100 MillonesNumero 7250 Serie 153Numero 3900 Serie 396Numero 7884 Serie 254Numero 7950 Serie 282Secos de 50 MillonesNumero 8306 Serie 068Numero 7882 Serie 346Numero 2222 Serie 183Numero 1247 Serie 103Numero 7794 Serie 193Secos de 20 MillonesNumero 1486 Serie 158Numero 1829 Serie 259Numero 4883 Serie 195Numero 7835 Serie 366Numero 7258 Serie 399Numero 1998 Serie 184Numero 9069 Serie 002Numero 1627 Serie 123Numero 1855 Serie 132Numero 4781 Serie 414Total de premios del sorteo extra de Navidad de la Lotería de Risaralda y Cruz RojaMonto total en premios: más de $36.278 millones de pesosPremios distribuidos entre premio mayor, secos y aproximaciones¿Qué es el Extraordinario Banderita Navideño?El Extra Banderita Navideño es una de las grandes apuestas de cierre de año de la Lotería del Risaralda y la Lotería de la Cruz Roja. Además de ofrecer premios millonarios, este sorteo tiene un componente solidario, ya que contribuye a causas sociales y humanitarias, razón por la cual recibe el nombre de “Banderita”.El Extra Banderita Navideño se presenta como una oportunidad ideal para cerrar el año con un posible premio millonario, mientras se apoya una causa solidaria.
En la localidad de Engativá, específicamente en el barrio La Española, se registró un caso en el que dos hombres solicitaron un carro a través de una plataforma digital. Al montarse al vehículo, amenazaron al conductor con navajas, lo robaron y se llevaron el carro.El dueño del vehículo alertó a la Policía, cuyos uniformados iniciaron la búsqueda de los presuntos ladrones. En medio de la huida, el vehículo se apagó y, en ese momento, la Policía logró capturarlos.La teniente coronel Paula Güiza, comandante de la Estación de Policía de Engativá, aseguró que los capturados fueron puestos a disposición de las autoridades competentes.“Cuadras más adelante, mediante la oportuna reacción de nuestros uniformados, lograron detener el vehículo y capturar a estas dos personas por el delito de hurto. Cabe resaltar que una de ellas tiene anotaciones por el mismo delito”, indicó la teniente.Es importante recordar que, en lo corrido del año 2025, en esta localidad se ha logrado la captura de más de 1.787 personas por diferentes delitos y la recuperación de 67 vehículos.
La situación de derechos humanos en la Sierra Nevada de Santa Marta sigue siendo crítica, según Scott Campbell, representante en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. Durante su visita del 1 al 4 de diciembre, Campbell pudo constatar altos riesgos para los pueblos indígenas Arhuaco, Wiwa, Kankuamo, Kogui, Ette Naka y Wayuu, así como para comunidades afrodescendientes y campesinas.La alerta de derechos humanos en la Sierra Nevada de Santa Marta se debe a la expansión de grupos armados como el Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra. Sus operativos incrementan la violencia, el desplazamiento forzado y los riesgos para líderes indígenas, afrodescendientes y campesinos. Estas organizaciones no estatales ejercen control territorial, imponen restricciones a la movilidad y amenazan a quienes defienden derechos humanos, ambientales y colectivos, generando un clima de miedo e inseguridad en toda la región.El representante de la ONU denunció asesinatos recientes y atentados contra defensores de derechos humanos. Entre ellos, la muerte de Elizabeth Mojica, profesora y defensora de mujeres, niñas y niños, el 30 de noviembre, y el atentado contra Misael Socarrás, líder ambiental de la comunidad Wayuu, ocurrido el 12 de diciembre. Campbell instó al Estado a investigar, sancionar a los responsables y reforzar la protección de la población civil.Según la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, en 2025 se han documentado cuatro masacres y ocho homicidios de defensores en municipios de Cesar, La Guajira y Magdalena. “La población sufre y teme por su vida ante la acción de grupos armados no estatales y la falta de protección estatal”, indicó Campbell.El representante advirtió sobre las graves violencias contra mujeres indígenas, incluyendo violencia sexual y de género, y urgió la creación de Casas de la Mujer en Cesar, Magdalena y La Guajira, con recursos suficientes para atender a las víctimas. También enfatizó la necesidad de proteger a la niñez del reclutamiento forzado por grupos armados, recordando que se trata de un crimen de guerra.Campbell destacó la labor del programa Futuro Colombia de la Fiscalía General y recomendó su fortalecimiento y expansión a los tres departamentos de la Sierra Nevada. Asimismo, hizo un llamado a respetar los derechos ambientales y territoriales de las comunidades indígenas y afrodescendientes, y a garantizar la consulta previa, libre e informada.El representante de la ONU reiteró la urgencia de implementar integralmente la Alerta Temprana 020 de la Defensoría del Pueblo, emitida el 2 de diciembre, que identifica factores de riesgo y emite recomendaciones para prevenir violaciones de derechos humanos.Durante su misión, Campbell se reunió con autoridades civiles y militares, líderes ambientales, mujeres indígenas, representantes de consejos comunitarios afrodescendientes y organizaciones de derechos humanos. La misión contó con el acompañamiento de las embajadas de Canadá, Irlanda y Países Bajos.ONU Derechos Humanos reafirma su compromiso de acompañar a las comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta, documentar violaciones, brindar asesoría técnica y exigir al Estado mayores garantías de protección para la vida y los derechos de estas poblaciones.
A esta hora el presidente Gustavo Petro tiene en sus manos la decisión sobre el futuro de la mesa de negociación de paz entre el Gobierno Nacional y el Clan del Golfo, proceso que atraviesa su momento más crítico tras la reciente inclusión de ese grupo armado en la Lista Clinton del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.El jefe de la delegación gubernamental, Álvaro Jiménez, se encuentra a la espera de una comunicación y una reunión directa con el mandatario para definir si las conversaciones continúan o si se abre un nuevo escenario de revisión frente al impacto jurídico y político que tiene esta designación internacional.Las negociaciones entre el Gobierno y el Clan del Golfo —también conocido como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia— se adelantan desde septiembre de 2025 en Doha, Catar, con acompañamiento de representantes internacionales y organismos humanitarios. En el más reciente ciclo, concluido el 5 de diciembre, las partes habían logrado acuerdos preliminares sobre las zonas de ubicación temporal, donde se ubicarían los integrantes de la organización como parte de un eventual proceso de desarme y sometimiento colectivo.Sin embargo, la decisión de Estados Unidos de incluir al Clan del Golfo y a varios de sus líderes en la Lista Clinton, bajo señalamientos de narcotráfico y lavado de activos, ha generado incertidumbre sobre la continuidad del proceso, e incluso podría afectar los alivios jurídicos otorgados a los miembros que actúan como negociadores en el exterior.Actualmente, varios de esos representantes se encuentran en los Emiratos Árabes Unidos, con órdenes de captura suspendidas temporalmente, en virtud del acuerdo humanitario que permitió su participación en los diálogos. Ahora, la Casa de Nariño evalúa los alcances legales y diplomáticos de la medida norteamericana y los efectos que podría tener sobre los compromisos adquiridos en la mesa.La comunidad internacional y los acompañantes del proceso han insistido en la necesidad de mantener abiertos los canales de diálogo, advirtiendo que una ruptura abrupta podría agravar la crisis humanitaria en regiones donde el Clan del Golfo mantiene control territorial.El país está a la expectativa de la decisión que adopte el presidente Petro en las próximas horas, decisión que podría marcar el rumbo del proceso de paz más complejo que enfrenta actualmente su gobierno.
El Consejo Comunitario de las Comunidades Negras Cerro Teta, en el municipio de Buenos Aires, Cauca, emitió una alerta comunitaria denunciando hostigamientos y detonaciones de artefactos explosivos que se registraron desde las 6:00 de la mañana en la cabecera municipal, en inmediaciones de la Estación de Policía, el Banco Agrario, la Casa de Justicia, la Alcaldía Municipal y viviendas cercanas.Los hechos han generado temor, confinamiento y riesgo para decenas de familias del territorio ancestral, quienes se encuentran atrapadas en medio del fuego cruzado.De acuerdo con la comunidad, esta situación constituye una grave violación a los derechos humanos y étnico-territoriales, pues afecta la integridad física y emocional de las familias, limita su libre circulación y amenaza directamente su permanencia en el territorio. “La vida no es posible sin el territorio”, reiteró el Consejo Comunitario en su pronunciamiento.Ante la gravedad de los hechos, la defensora del Pueblo, Iris Marín, expresó su respaldo a la denuncia de la comunidad y anunció que la entidad ya activó las rutas de verificación, prevención y atención humanitaria en la zona, en articulación con las autoridades locales y organismos internacionales de derechos humanos. Marín enfatizó que la Defensoría está “verificando en terreno y exigiendo respeto por la vida, la dignidad y la autonomía de las comunidades afrodescendientes del norte del Cauca”.La institución hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional, las autoridades departamentales y los organismos de seguridad para que adopten medidas inmediatas que garanticen la protección de la población civil y eviten nuevos hechos de violencia.Esta nueva emergencia se suma al creciente clima de inseguridad que enfrentan los territorios étnicos en el suroccidente del país, donde persisten enfrentamientos entre grupos armados ilegales por el control territorial y las economías ilícitas.
Los habitantes del corregimiento de Pachelly, en la zona rural de Tibú, fueron despertados en la madrugada de este martes por el estruendo de las botas y los gritos de victoria de un grupo de disidentes del frente 33 de las Farc. Los hombres armados ingresaron hasta el centro del caserío, exhibiendo su poderío bélico y lanzando arengas alusivas a la antigua guerrilla.En varios videos grabados y difundidos por los mismos insurgentes, se escucha cómo los hombres reportan a su comandante, alias ‘Richard Suárez’, el cumplimiento de una supuesta misión.“Lo logramos, comandante. Lo prometido es deuda, camarada”, se oye decir a uno de ellos mientras recorren las calles del corregimiento. Las imágenes muestran a los disidentes sentados en las escaleras del parque principal, tomando gaseosa y burlándose del ambiente navideño del pueblo.“Vea, camarada, cómo se ve bonito Pachelly ahora, decorado en las navidades”, dice uno de los guerrilleros con tono sarcástico, en lo que parecería ser un mensaje dirigido al jefe de la estructura Jorge Briceño.Durante la incursión, los hombres mantuvieron comunicación radial con otros grupos ubicados en zonas altas del corregimiento. En esos audios se les escucha ordenar a los llamados “dronistas” —encargados de operar drones con explosivos— permanecer en alerta ante cualquier eventualidad.Según denuncias difundidas por redes sociales, un habitante del corregimiento habría sido asesinado durante la toma, presuntamente por ser colaborador del ELN. Pachelly es una de las zonas más disputadas del Catatumbo entre las disidencias del frente 33 de las Farc y el ELN, que se enfrentan por el control territorial y las rentas ilegales.
El primer paro se registró en febrero de 2025 en el Chocó, con confinamientos y desplazamientos masivos. En mayo, el grupo insurgente volvió a imponer restricciones en el mismo departamento, mientras que en julio declaró un nuevo paro armado de 48 horas. El más reciente, de alcance nacional, fue anunciado para diciembre y se extendió durante 72 horas, afectando la movilidad y la economía en varias regiones del país.Estos hechos se dan en un contexto en el que el ELN ha sostenido al menos cinco intentos de negociación con diferentes gobiernos colombianos, sin lograr consolidar un acuerdo de paz. Los primeros contactos se remontan al mandato de Alfonso López Michelsen en los años 70; luego vinieron los diálogos de Caracas y Tlaxcala (1991-1992) con César Gaviria; los acercamientos exploratorios de los años 2000; las mesas formales de Quito y La Habana (2017-2019) bajo Juan Manuel Santos; y el más reciente proceso, impulsado por Gustavo Petro desde 2022, que se suspendió en enero de 2025.Para Carlos Arturo Velandia, exmiembro del ELN y actual gestor de paz, la constante frustración de los procesos responde a la línea política interna del grupo armado, que hoy privilegia la confrontación sobre el diálogo.“El ELN no tiene hoy por hoy una estrategia de paz, sino más bien una estrategia de confrontación frontal. No considera a este gobierno de izquierda como progresista ni como un aliado, sino como cualquier otro gobierno de la historia republicana. Eso explica su actual comportamiento, incluido el llamado paro armado, que termina afectando a la población civil y los derechos de los ciudadanos”, explicó Velandia.El excombatiente recordó que el ELN ha estado involucrado en procesos de diálogo “desde el gobierno de César Gaviria Trujillo” y que incluso con la actual administración mantuvo conversaciones hasta agosto de 2024, antes de levantarse de la mesa en enero de este año.“El Gobierno ha mantenido su voluntad de diálogo, pero hoy no hay tiempo ni voluntad por parte del ELN para reiniciar un proceso. El Estado debe cumplir su deber constitucional de proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos”, concluyó.Con cuatro paros armados solo en 2025 y más de cinco procesos de paz frustrados en su historia, el ELN se mantiene como el último grupo guerrillero de origen político activo en Colombia, aunque cada vez más definido por el control territorial y las rentas ilegales que por su ideario insurgente.
Armando Novoa, jefe de la delegación del Gobierno nacional en los diálogos de paz con la Segunda Marquetalia, explicó las dificultades que enfrentan las negociaciones debido a la falta de claridad sobre la presencia de 'Iván Márquez'. “Podríamos decir que el avance de una mesa de diálogos depende de la certeza de la existencia real del interlocutor, pero en el caso de 'Iván Márquez' parecería que estuviéramos tratando de entablar diálogos con un fantasma, y en esas condiciones es supremamente difícil avanzar”, afirmó Novoa en diálogo con Blu Radio.El jefe negociador del Gobierno del presidente Gustavo Petro aseguró que la delegación lleva buscando a Iván Márquez hace seis meses. “Algunos países garantes constan de manera directa que hemos hecho distintas propuestas a través de distintos canales con diferentes características, pero un diálogo de paz no puede avanzar a través de medios puramente epistolares”.Novoa insistió: “Estamos interesados y comprometidos en ir a hablar con 'Iván Márquez', en donde él nos diga, en el momento que él quiera, pero tiene que haber una respuesta pronta y eficaz porque, como usted entenderá, la situación de las comunidades en los territorios es muy grave”.Manifestó que las comunidades reclaman avances reales en estos procesos y que no se compadece la lentitud de las respuestas que esperan con las demandas que tienen las comunidades en estas regiones. “Necesitamos una señal de supervivencia para poder reiniciar un diálogo útil que nos permita encontrar un acuerdo de paz antes de que termine el presente Gobierno”, aseguró el jefe negociador del Gobierno nacional.Sobre la supuesta ruptura interna que, de manera unilateral, habría provocado Iván Márquez, Novoa fue enfático y dijo: “El Gobierno ha sostenido que la característica principal de los procesos de paz que están en curso hoy en Colombia tiene un elemento vertebral: la paz tiene que concretarse en los territorios”.Indicó que, como jefe de la delegación del Gobierno, tiene que esperar la decisión que tomen los representantes de esos grupos armados ilegales, y que será el presidente de la República y el comisionado consejero de paz quienes definan el futuro de este proceso.Advirtió que la reunión de Puerto Asís tenía como objetivo avanzar en la concreción de una reunión en Venezuela que había pedido el propio 'Iván Márquez' con las dos delegaciones, pero que, debido a la carta que supuestamente firmó el legendario guerrillero, esto se frustró.“El Gobierno nacional no va a interferir en problemas internos de ese grupo ilegal y vamos a esperar qué respuesta da 'Iván Márquez' a la solicitud que hizo su propia delegación”, señaló Novoa.
El presidente Gustavo Petro se pronunció sobre las recientes declaraciones sobre la posible crisis que se presenta en la Segunda Marquetalia y se pronunció en su cuenta de X.“Esas fracturas se dan alrededor de si hacer la paz con este gobierno o profundizar la acción bélica que cada vez más se dirige al traqueteo y contra el pueblo mismo de las regiones del conflicto en Colombia”, publicó el mandatario nacional.El jefe de Estado dijo que esa división entre los grupos violentos era un avance para la paz, insistiendo en que lo que permite esto es la transformación de los territorios.Concluyó este pronunciamiento anunciando que va a insistir en la paz, “Pero no sin ser claro en que quienes no acepten el camino de bajar las armas y ponerlas al servicio del pueblo, serán doblegados por la fuerza pública de la Constitución”.Este pronunciamiento del presidente Gustavo Petro se da luego de que alias '’Walter Mendoza', jefe de la delegación de la Segunda Marquetalia en los diálogos de paz con el Gobierno nacional confirmará a Blu Radio que sí hay una ruptura al interior de este grupo criminal, conflictos que se evidenciaron aún más después de que alias ‘Iván Márquez’ les prohibiera seguir usando el nombre de este grupo disidente en las conversaciones de paz.
La Corte Suprema de Justicia en una decisión reciente cuestionó algunas designaciones de gestores de paz que ha hecho el Gobierno nacional, argumentando que no está primando el derecho de las víctimas a conocer la verdad.En esa misma decisión, la Corte dice no estar de acuerdo con la libertad del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, aunque esta posición no afecta la situación de Mancuso pues Justicia y Paz le otorgó anteriormente la libertad.En las últimas horas Mancuso se refirió a este tema, asegurando que se vulneran los compromisos y propósitos de paz.“La reciente decisión de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia al intentar impedir que actores del conflicto actúen como gestores de paz vulnera flagrantemente el compromiso y los propósitos de paz”, aseguró el exjefe paramilitar.En el mismo sentido dijo que en la sociedad colombiana la redención de los desmovilizados se da a cambio de que asuman su responsabilidad, reparen a las víctimas y cuenten la verdad.Por otro lado, cuestionó el sistema de justicia transicional en Colombia.“El sistema de justicia transicional nacido de las negociaciones con las autodefensas enfrenta hoy una profunda crisis de inseguridad jurídica que ha provocado el asesinato de más de 5.000 desmovilizados y muchos de los que han sobrevivido han sido forzados a volver a las trincheras. Hoy el sistema de justicia transicional en Colombia, lejos de ser garantía, se ha vuelto un factor de persistencia de la guerra, generando más víctimas, pobreza y desigualdad”, agregó Mancuso.Finalmente, dice que sin justicia no hay redención y que sin redención no habrá paz.“Una de las razones de ser de la justicia transicional es cerrar esos ciclos de violencia y para eso es fundamental garantizar los derechos de aquellos que han cumplido con las penas y sanciones a una segunda oportunidad para empezar de nuevo”, mencionó el exjefe de las Autodefensas.
La JEP imputó por 18.677 casos de reclutamiento de menores a seis excomandantes de la extinta guerrilla de las Farc. En el documento que dio a conocer la jurisdicción hace referencia en un capítulo a la operación Berlín, desarrollada por la Quinta Brigada del Ejército en contra de la Columna Móvil Arturo Ruiz, CMAR, de las Farc, a partir de noviembre del 2000. La JEP empieza relatando que ese hecho dejó en evidencia casos de reclutamiento desde los 12 años.Por parte de la guerrilla algunas de las víctimas le contaron a la JEP que habían sido obligadas a a hacerle frente a la tropa sin tener experiencia en combates."Los registros contrastados por la sala refieren la presencia de hasta 201 niños y niñas en la CMAR, incluso menores de 15 años, y la participación de altos mandos de la organización, incluso del Secretariado y del EMC, en la creación de esta subestructura. A su vez, los relatos de las víctimas recibidos por la Sala narran distintas violencias sufridas por estos niños y niñas, que incluyeron malos tratos y sufrimientos físicos y psicológicos, homicidios y múltiples sufrimientos, violencias sexuales y violencias reproductivas. A su vez, el proceso de salida de niños y niñas de esta estructura aparejó otras violencias tanto por parte de las antiguas FARC-EP como de la Fuerza Pública" señala la JEP.La CMAR fue creada en el año 2000 con el fin de reforzar el Bloque Magdalena Medio, BMME, que se enfrentaban a las Autodefensas en el Catatumbo. Rodrigo Londoño, conocido como 'Timochenko' y quien comandó el Bloque Magdalena Medio, se refirió en su versión ante la JEP a este tema."Yo no tuve nada que ver en la selección de los integrantes de esa columna, ellos la integran allá el Bloque Oriental. No quiero quitarme responsabilidades, porque el compromiso que hicimos en La Habana […] De manera colectiva estamos asumiendo esa responsabilidad y, por eso, cuando yo lo digo es la realidad, no tuvimos nada que ver con eso, pero asumo la responsabilidad de las cosas que no se hicieron bien hechas", señaló Londoño a la magistratura.Por su parte, Joaquín Gómez, respondiendo a una pregunta de los magistrados sobre las razones para que se registrara un elevado número de menores de edad en las filas de las Farc, entregó información también relacionada con la operación Berlín."Bajo la euforia esa de que estamos en el proceso de paz, las conversaciones con Pastrana, veían muchachos nuestros que iban en camionetas para arriba, camionetas para abajo, no sé qué, y muchos muchachos, inclusive, muchos con el consentimiento de los papás, porque una de las fallas que hubo ahí, fuera de la otra de que muchos eran menores, fue que apenas salieron de El Caguán y entraron al Meta, entonces eran despedidas, hubo fiestas, hubo de todo donde participaban los mismos familiares de los muchachos. El Ejército los fue siguiendo, los fue siguiendo, los van siguiendo, se iban, "Van por tal parte, van por tal parte", cuando llegan a un sitio, al páramo Berlín que es un sitio de muerte, entonces ellos atacan. Entonces, la pregunta sería dónde hubo más perversidad, si cuando se meten los muchachos estos que ingresan o el Ejército que los iba siguiendo, eran menores de edad y para anotarse un triunfo con menores de edad entonces los ataca y hace prácticamente una masacre, porque murieron unos 70, 80 muchachos de esos", señaló Joaquín Gómez a la JEP.En total, 15 víctimas que se acreditaron ante la JEP e hicieron parte de la CMAR fueron reclutadas a las edades de 11, 12, 13, 14 y 15 años, bajo 3 modalidades: el engaño, la persuasión y mediante la amenaza o uso de la fuerza."Nos pusimos a tomar cerveza y entonces el muchacho nos comentó […] ´¿ustedes no quisieran entrar a la guerrilla? Pa milicianos que no sé qué’, entonces nosotros le dijimos ‘sí, claro nosotros queremos entrar a la guerrilla’ […] Al otro día a las 6 de la mañana dijo ´nos vamos´. Entonces ya la cosa como ya en serio, entonces como ´no, ya no queremos, ya no´, entonces nos llevaron por allá y dijeron hermano, ya no hay cómo echar pa atrás, acá no hay cómo echar pa atrás”, dijo una de las víctimas.Sobre su llegada a la columna móvil 'Arturo Ruíz' han dicho algunas víctimas que no completaron un entrenamiento básico, en el caso de las niñas, la preparación incluyó una jornada masiva de anticoncepción forzada, mediante plantación de dispositivo intrauterinos.“Eso era una fila larga, la fila que usted le toca hacerse ese proceso y listo no hubo ningún consentimiento de que, si quería, no quería, no hubo preguntas si uno había tenido relaciones sexuales, si le había llegado, si estaba en sus días de una mujer, nada, eso fue así, directo a allá con el doctor allá que le pongan esas cosas” dijo una víctima.Además también se presentaron casos de abortos forzados, según contó otra mujer ante la JEP."Yo siempre, en todos los lugares a los que fui, vi cosas feas. Ahí fue donde le hicieron un legrado a una muchacha. Ella quedó embarazada y le hicieron un legrado; entonces, le sacaron su feto y lo echaron en un tarrito transparente, como ver este vaso. Ella quedó muy mal por eso; estuvo acostada toda la noche. Al otro día se levantó y vio el feto en la botella. Ver eso le causó muchísimo daño, y ella lloraba", señaló otra de las víctimas.Antes de empezar un recorrido de 6 meses, hubo una reunión con el 'Mono Jojoy' y 'Timochenko'."Nos decía que nos preparáramos porque vamos para el Magdalena Medio a tomar unas tierras que estaban en manos de las autodefensas, que nos preparáramos, que vamos a morir o vivir. Nos concientizó ahí a qué íbamos, nos dijo la verdad", se lee en otro relato sobre Rodrigo Londoño. En el recorrido, que duró seis meses, se hicieron juicios guerrilleros, varios niños habrían sido sometidos a castigos excesivos y malos tratos, incluso se presentaron casos en los que algunos combatientes, menores de edad, se quitaron la vida."12 años tenía ese niño cuando se quitó la vida, qué hicieron, cogerlo de los pies lo arrastraron por donde quiera que andaba ese niño, iba dejando sus sesitos, hicieron un hueco y lo tiraron allá, otro que, que se mató, lo único que decían, uno menos, y lo único que hacía el comandante Rogelio era, sentarse ahí a echarse aire no más" dijo en una audiencia otra de las víctimas.Excesos por parte de la fuerza públicaPara la JEP durante la operación Berlín se cometieron excesos también por parte de la fuerza pública, sobre el departamento de Santander. En el momento que se desataron las confrontaciones, se hicieron evidentes las falencias en temas de entrenamientos y experiencia, pero los niños fueron forzados a combatir por amenaza de sus comandantes."Empezaron a preguntar usted cuántos años tiene, 15, eche pa allí, usted 14, 16, 17, uno que tenía 15 años dijo yo tengo 19 años, pues demostraba más años, pero era un niño, pues que hicieron, lo corrieron a 3 metros y le dispararon y lo mataron, el ejército, el mismo Ejército […] cuando llegó el helicóptero con nosotros, por nosotros, envolvieron al muchacho, al compañero de nosotros en una sábana blanca y le pusieron ahí, muerto en combate”, dijo a la JEP una de las víctimas.Las víctimas aseguran que sufrieron golpes, humillaciones y malos tratos, así como torturas psicológicas y físicas por parte de miembros del Ejército, después del sometimiento."En cercanías al municipio de Cucutilla, Norte de Santander, registrada en el diario de operaciones de la Fuerza Pública. De acuerdo con información aportada por el Ministerio de Defensa, el comandante de la operación, brigadier general Martín Orlando Carreño Sandoval, recibió una medalla por servicios distinguidos en orden público el 29 de junio de 2001. En su momento, la operación fue documentada por la prensa nacional como “la más exitosa ofensiva del Ejército contra laguerrilla”. Lo anterior, a pesar de que esta operación ofensiva da cuenta de las limitaciones del Estado en la protección de los niños y niñas reclutadas para participar en las hostilidades, como contempla el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la Participación de Niños en los Conflictos Armados", concluyó la jurisdicción.
Más de 3.000 personas permanecen confinadas en el sur del país, mientras se reportan ataques, bloqueos y amenazas en 12 departamentos. La Defensoría alertó sobre graves afectaciones a los derechos humanos y pidió a los grupos armados cesar las acciones que ponen en riesgo a la población civil.Desde el 9 de diciembre, los grupos armados ilegales han ejecutado una serie de acciones coordinadas en distintas regiones del país, afectando la movilidad, el transporte, la economía local y la seguridad de miles de colombianos.El paro decretado por las disidencias de Iván Mordisco continúa afectando los municipios de Puerto Guzmán y Puerto Leguízamo, en Putumayo, donde las comunidades de La Tagua, El Mecaya, Yurilla, Sencella, Umancia y Guaquira permanecen confinadas. Según los reportes de la Defensoría, unas 3.000 personas están bajo restricciones de movimiento. En Caquetá y Amazonas, los bloqueos en los ríos Caquetá, Caguán y Orteguaza mantienen aisladas comunidades indígenas del Consejo Regional del Medio Amazonas (CRIMA).El ELN, por su parte, ha ejecutado acciones armadas en al menos 12 departamentos. En Antioquia, se registraron explosiones, la incineración de un bus y cierres viales en municipios como Valdivia y Salgar. En Arauca, un ataque con tatucos bomba al Batallón de Puerto Jordán dejó daños materiales y obligó a suspender el transporte público.En el Cauca, las autoridades confirmaron cinco acciones violentas, entre ellas la instalación de cilindros explosivos en la vía Panamericana y el despliegue de banderas y grafitis del grupo armado. En Cesar, se reportó la quema de maquinaria amarilla en una zona de reincorporación, y en Chocó, el transporte fluvial y terrestre fue suspendido totalmente.La Guajira, el Magdalena Medio, Nariño y Norte de Santander también han registrado ataques, cierres viales y amenazas a transportadores. En La Lizama (Santander), un ataque con explosivos al peaje dejó una funcionaria herida.La Defensoría del Pueblo reiteró que estos llamados “paros armados” constituyen una grave vulneración de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario, al imponer restricciones ilegales a la población civil. El organismo pidió al ELN y a las disidencias de Iván Mordisco abstenerse de continuar con estas acciones y solicitó a las autoridades reforzar la protección en los territorios más afectados.Los “paros armados” del ELN y las disidencias dejan a miles de familias en riesgo y reflejan la persistencia del conflicto en regiones históricamente golpeadas por la violencia. La Defensoría del Pueblo insiste en que la paz no puede construirse desde el miedo ni la intimidación, sino con garantías de vida, libertad y dignidad para la población civil.
El pasado 12 de diciembre, el ELN anunció un paro armado de 72 horas que inició el 14 de diciembre y se extenderá hasta el 17 del mismo mes a las 6:00 a. m., afectando gran parte del territorio nacional. Esta medida, definida por la guerrilla como una protesta contra lo que califica de “plan contrainsurgente” y agresión norteamericana, obliga a la población a restringir su movilidad, suspender actividades comerciales y desalentar el transporte entre regiones.El llamado al paro armado ha generado alarma en distintas zonas del país, incluidas ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Cúcuta, donde el Frente de Guerra Urbano del ELN emitió advertencias a la ciudadanía y a empresas de transporte para que acaten la orden de cese de actividades.El efecto de este tipo de acciones ha sido ampliamente criticado por la Defensoría del Pueblo, que advierte que los paros armados pueden agravar la limitación de acceso a servicios esenciales, provocar desabastecimiento y profundizar escenarios de violencia y confinamiento forzado para las comunidades civiles.El Gobierno Nacional ha respondido con un despliegue de seguridad reforzado en puntos críticos, mientras las autoridades llaman a la población a no ceder ante la intimidación y a mantener su vida cotidiana dentro de lo posible.Este anuncio se da en un contexto de escalada de la violencia en varias regiones de Colombia durante 2025. Por ejemplo, en la región del Catatumbo, al noreste del país, se han registrado combates entre el ELN y disidencias de las Farc-EP desde enero, que han generado desplazamientos masivos, secuestros y decenas de víctimas mortales.Además, hace pocas semanas se presentaron ataques simultáneos en distintos municipios durante las festividades, con explosivos y acciones que dejaron heridos y muertos, en un contexto en el que distintos grupos armados buscan controlar territorios y economías ilegales.El presidente de Colombia también ha rechazado el paro armado, haciendo un llamado a la calma y exhortando a los ciudadanos a celebrar la temporada navideña sin miedo ante las amenazas de la guerrilla.La Delegación del Gobierno, en el comunicado difundido este lunes, enfatiza que este tipo de medidas no contribuyen al diálogo ni a la tranquilidad de la población, e insiste en la necesidad de gestos de desescalada, como la liberación de personas retenidas por la organización armada, para recuperar la confianza en las conversaciones de paz.
La Defensoría del Pueblo de Colombia rechazó este miércoles el "paro armado" de 22 días en los departamentos del Caquetá (sur) y Putumayo, fronterizo con Perú y Ecuador, decretado por un frente del Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las FARC.En los paros armados, este grupo armado ilegal suele restringir el desplazamiento de vehículos por carreteras y ríos; la movilidad de las personas, e incluso ordena el cierre de comercios, además de cometer agresiones y amenazar a todo aquel que no cumpla estas restricciones."Estas amenazas afectan derechos fundamentales, profundizan el miedo en las comunidades e infringen gravemente el Derecho Internacional Humanitario. Nada justifica someter a la población civil con intimidaciones o presiones", dijo la Defensoría del Pueblo en su cuenta de X.Según ese organismo, el "paro armado" lo ordenó el frente Carolina Ramírez en los departamentos de Caquetá y Putumayo entre el 9 y el 30 de diciembre.Ante la situación, la Defensoría dijo que activó sus sistemas de alerta para acompañar a las comunidades y verificar posibles afectaciones.Igualmente instó a las autoridades a garantizar la seguridad y movilidad, con especial atención a niños, niñas, adolescentes, personas mayores y comunidades étnicas."La ciudadanía no puede ser rehén de grupos armados. La dignidad y la vida están por encima de cualquier pretensión de control territorial", concluyó la Defensoría.Control territorialHace una semana Human Rights Watch (HRW) alertó que los grupos armados que operan en el departamento colombiano del Putumayo, fronterizo con Perú y Ecuador, están utilizando las negociaciones de paz con el Gobierno para reforzar su control sobre la población civil y han cometido graves abusos contra comunidades indígenas.Pese a que algunas mesas de diálogo han llegado a acuerdos para destruir armas y sustituir los cultivos de coca, varias disidencias de las extintas FARC, como Comandos de la Frontera y los frentes Raúl Reyes y Carolina Ramírez, siguen estableciendo control territorial y cometiendo abusos contra los habitantes de la zona.Putumayo es un lugar estratégico para la producción y el tráfico de drogas y es el departamento que tiene la segunda mayor producción de coca, solo superado por el departamento vecino de Nariño.Actualmente, dos de los tres grupos armados presentes en Putumayo están en negociaciones de paz con el Gobierno. Por un lado, los Comandos de la Frontera, parte de una coalición conocida como Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), que opera a lo largo de la frontera con Ecuador.Por otro lado, el Frente Raúl Reyes, que forma parte del Estado Mayor de Bloques y Frentes (EMBF) y tiene fuerte presencia en el norte de Putumayo, en la frontera con los departamentos de Caquetá y Cauca.Mientras tanto, el Frente Carolina Ramírez, que opera al oriente de Putumayo, estuvo en diálogos de paz con el Gobierno entre noviembre de 2023 y abril de 2024, pero actualmente no forma parte de las negociaciones.
En el Día Internacional de los Derechos Humanos, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos reveló que 128 niños, niñas y adolescentes fueron reclutados por grupos armados en Colombia entre enero y noviembre de 2025. Entre las víctimas, 44 eran indígenas y 7 afrodescendientes, una muestra del impacto que esta práctica tiene sobre comunidades rurales históricamente olvidadas.Los principales responsables son las disidencias de las Farc, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las estructuras del Clan del Golfo, que se han expandido territorialmente en departamentos como Meta, Guaviare, Arauca, Cauca, Nariño y el Bajo Cauca antioqueño.Según el informe, estas organizaciones utilizan violencia, amenazas y engaños para captar menores: promesas de dinero, pertenencia o poder, y hasta reclutamiento a través de redes sociales.La ONU advirtió que el fenómeno no solo rompe infancias, sino también destruye el tejido social de pueblos indígenas y afrodescendientes sometidos a control armado. En muchas regiones, los ilegales imponen normas, castigan a la población y reemplazan al Estado, consolidando un dominio que mezcla narcotráfico, extorsión y reclutamiento.El organismo alertó que la expansión de estos grupos refleja la ausencia estatal y el fracaso de las políticas de seguridad. Además, recordó que el reclutamiento de menores es un crimen de guerra que no prescribe y exige una respuesta urgente del Estado colombiano para proteger a la niñez y garantizar justicia.
De acuerdo con la investigación de la JEP, Benito Osorio Villadiego, gerente del Fondo Ganadero de Córdoba durante el periodo analizado, fue quien ejecutó las decisiones de la junta directiva orientadas a transformar el propósito del Fondo: de una entidad de fomento ganadero a un mecanismo de adquisición y control territorial.La junta, integrada por Osorio, Benito Molina Velarde, Luis Gonzalo Gallo Restrepo y Jaime García Exbrayat, aprobó un plan para comprar masivamente predios rurales a precios irrisorios, muy por debajo del valor comercial, bajo el argumento de que se trataba de tierras “baratas” y “sin desarrollo productivo”.En ese proceso, Benito Osorio presentó ante la junta a Sor Teresa Gómez, representante de la familia Castaño Gil, como delegada para coordinar la estrategia de compra de tierras. Gómez —vinculada directamente con el paramilitarismo— se convirtió en la pieza clave que conectó al Fondo con los grupos armados ilegales que desalojaron violentamente a comunidades en Urabá y el Bajo Cauca.La investigación judicial reveló que los directivos del Fondo modificaron la razón social de la entidad, pasando de su función de apoyo a los ganaderos a operar como una empresa de expansión territorial que aprovechaba los desplazamientos masivos provocados por la guerra.El encargado de negociar los predios fue Carmelo Esquivia Guzmán, asesor jurídico del Fondo, quien coordinó la legalización y titulación de terrenos —muchos de ellos baldíos o sin registro formal— a nombre de la entidad. Para ello contó con el apoyo de notarios y funcionarios locales, algunos posteriormente condenados por su participación en estos hechos.Según la JEP, los exdirectivos diseñaron un modelo de negocio basado en la violencia, que se sustentó en el terror generado por masacres, asesinatos y desplazamientos ocurridos desde comienzos de los años noventa. Entre 1996 y 1998, una vez consolidado el control paramilitar en la zona, comenzaron las compras sistemáticas de tierras en la región conocida como Tulapas, que abarca municipios como Turbo, Necoclí y San Pedro de Urabá.En total, la justicia ordinaria ha identificado al menos 105 predios adquiridos irregularmente por el Fondo Ganadero, aunque las medidas cautelares de la JEP y los registros de la Unidad de Restitución de Tierras indican que el número podría ser mucho mayor.El proceso de apropiación de tierras cambió el paisaje y la estructura social de la región, reemplazando comunidades campesinas por proyectos ganaderos y agroindustriales. Lo que antes era una zona boscosa y de protección ambiental se transformó en extensos hatos y potreros controlados por actores vinculados al Fondo.La JEP concluyó que la actuación de estos directivos no fue accidental ni aislada, sino parte de una asociación criminal que se valió del desplazamiento forzado y del dominio paramilitar para legalizar el despojo y obtener beneficios económicos. Este caso, dentro del Caso 04, ilustra cómo sectores empresariales y civiles fueron determinantes en la consolidación de un modelo de violencia y despojo en el país.
En el departamento del Guaviare se mantiene un bloqueo sobre la vía que comunica con el Meta, protagonizado por cerca de 400 personas, entre ellas campesinos e integrantes de comunidades indígenas Nukak. Aunque el hecho se ha presentado como una protesta social, informes de inteligencia señalan que detrás de la movilización estarían estructuras armadas ilegales asociadas a las disidencias de las Farc bajo el mando de alias 'Iván Mordisco', que estarían presionando a la población civil para mantener el cierre de la vía.Según las autoridades, el objetivo de los grupos armados sería obligar al retiro de una base militar ubicada en el cerro Macusito, entre los municipios de El Retorno y San José del Guaviare, una posición estratégica que interfiere con los corredores utilizados para el narcotráfico, la extorsión y el tráfico de armas.Habitantes de la zona han denunciado amenazas, panfletos intimidatorios y disparos cerca de viviendas, así como la presencia de hombres armados que obligan a las familias a participar en el bloqueo. En algunos casos, los grupos han exigido que varios miembros por hogar estén presentes en la protesta.La vía permanece parcialmente bloqueada, afectando el transporte de personas, alimentos y mercancías hacia el interior del país. Mientras tanto, las autoridades investigan la participación de estructuras criminales detrás del bloqueo y analizan medidas judiciales para restablecer la movilidad y la seguridad en la región.